Un espectador compra una entrada para el cine con una meta: rellenar las lagunas de su propia experiencia; es como si fuera a la caza del “tiempo perdido”.
Andrei Tarkovsky
Cada diciembre, La Habana se convierte en la ciudad más cinematográfica de América Latina. Amantes del séptimo arte provenientes de todas partes del continente colman las salas de la capital para encontrarse con el cine de su región y una selección del mejor cine contemporáneo internacional; personas que reservan sus vacaciones para los primeros días de diciembre porque no quieren perderse las propuestas de cada edición del Festival Internacional del Nuevo Cine Latinoamericano.
Nacido en La Habana, en 1979, el evento celebra proyectos fílmicos originales y enraizados en las culturas de la región. A través de los años, ha permitido reforzar la comunidad cinematográfica latinoamericana.
El festival de cine propicia espacios de reflexión; tiende puentes entre los cineastas y los públicos; y es un punto de encuentro para artistas e intelectuales que simpatizan con los modos de expresar más revolucionarios; para autores interesados en contar historias que tengan a los pueblos como sus protagonistas, en un cine que les de voz a los sin voz, inclusivo, diverso y mestizo. Esta vez, se realizará del 6 al 16 de diciembre.
Después de cuatro décadas, los cineastas siguen apostando por un festival que, desde su fundación, ha acogido a filmes representativos de las tendencias más renovadoras de América Latina. En 2018, La Habana se mantiene como una plaza obligada para la exhibición de las obras de los directores de cine del área. Por eso, la programación del evento incluye estrenos en Cuba de filmes con gran recorrido en otros festivales prestigiosos y de películas multipremiadas alrededor del mundo.
Actualmente, el festival convoca a los concursos de Ficción, Documental, Animación, Óperas Primas, Guion Inédito y Carteles; y también se organizan encuentros y conferencias sobre diversos temas de interés cultural. Hasta el cierre de la convocatoria, se inscribieron más de 1800 obras fílmicas para participar en el festival en sus diferentes secciones y 200 guiones inéditos.
El 15 de noviembre serán anunciados los concursantes oficiales de un evento cinematográfico que defiende a cineastas, que con sus obras, fomentan el enriquecimiento cultural y espiritual de nuestros países; películas que ayudan reconocernos a nosotros mismos; a reforzar la identidad cultural latinoamericana y caribeña.
Muy pronto, las largas filas volverán al circuito de cines de la calle 23, en el Vedado habanero, con cinéfilos que desean formar parte de una experiencia singular. Y es que La Habana es una ciudad donde el cine se vive de otra manera. Miles de cineastas en el mundo celebran el festival precisamente por el público que atrae: personas que sorprenden por su entusiasmo e implicación con las historias, sentimientos que se comparten a sala llena.
En días de festival, se comprobará más que nunca aquello que expresara el gran director de cine ruso Andrei Tarkovsky en su obra escrita más importante: “Para percibir el arte, hace falta muy poco: basta con tener un alma despierta, sensible, abierta a lo bello y lo bueno, capaz de una vivencia estética inmediata”.
Diciembre siempre es un buen momento para encontrarte con tus directores de cine favoritos o descubrir nuevas voces de la cinematografía que tienen a La Habana como la capital del cine latinoamericano.