
¡El gran «sillón» de La Habana: para los trotamundos!
Seña de identidad de esta antigua y carismática ciudad tanto para cubanos como para los extranjeros, una de las más bellas experiencias es cuándo comienza a caer la noche, pasear por el Malecón Habanero. Allí uno puede encontrarse con todo tipo de gente que “armados” de su música, su ron, su cervecita y cuando la suave brisa de los “alisios “ lo permiten, se convierte en uno de los sillones más “ocupados” de la bella ciudad de la Habana. Es uno de los mejores modos de conocer a los cubanos pues locuaces, abiertos y dicharacheros, enseguida podemos entablar conversaciones varias y pasaran horas sin darnos ni cuenta.