Cienfuegos es un ejemplo excepcional dentro del urbanismo hispanoamericano durante el siglo XIX. Su elegante y perfecto trazado en forma de damero, que se extiende por todo su perímetro urbano, constituye un exponente excepcional de la cultura neoclásica, al que se le suma la riqueza monumental de sus espacios públicos y edificaciones de diferentes neo estilos, eclécticas y Art Déco, todas ellas, generadoras de una homogeneidad constructiva que define el alto valor urbano y arquitectónico del conjunto. Trasciende Cienfuegos por sus elegantes y modernas líneas de fachadas corridas, a manera de bloques sin portales, a excepción de las no menos valiosas levantadas en sus plazas y paseos.
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La presencia de espacios públicos cualificados como la antigua Plaza de Armas (actual Parque José Martí), núcleo fundacional de la ciudad y considerada como la más bella del país; el Paseo del Prado, columna vertebral del conjunto y su animado boulevard San Fernando, constituyen los escenarios principales del palpitar y el intercambio social del cienfueguero. Especial atención merecen las edificaciones puntuales que como hitos emergen con luz propia, nos referimos al Teatro Tomás Terry, la Catedral, el Palacio de Gobierno, la Casa de los Leones, el Palacio de Blanco, el antiguo Liceo, la Aduana, los dos cementerios, el Palacio García de la Noceda y el Ferrer o el hotel La Unión, que distinguen al conjunto y se integran a su armonía constructiva y ambiental. De gran significación resultan sus palacetes y el concierto de torres miradores, cúpulas, frontones, que perfilan la imagen citadina, elementos identitarios por excelencia, que sobresalen en el extenso patrimonio construido y califican el conjunto urbano.
La ciudad constituye un inigualable conjunto de valores estrechamente relacionados con el mar, verdadero protagonista de su riqueza e identidad física y espiritual de los cienfuegueros. De ahí que sea reconocida nacional e internacionalmente como la Linda Ciudad del Mar y la Perla del Sur. Dicha bahía, refugio constante de los más connotados corsarios y piratas de su tiempo, fue bautizada desde antes de la fundación de Cienfuegos como el Gran Puerto de las Américas, sobrenombre que reconoce las excelentes condiciones de su bahía de bolsa, fuente de inspiración y riquezas, concha que se abre al mundo con amplias potencialidades ambientales, comerciales y turísticas.
El Centro Histórico de Cienfuegos atesora lo más valioso del quehacer cultural e histórico de la ciudad y reúne la mayor aspiración en cuanto a cuidado y atención. Ha sido el arduo y sistemático trabajo de preservación y rescate de sus principales edificaciones y espacios públicos, durante muchos años, con el concepto de salvar la integridad del conjunto y no sólo la obra individual, lo que ha permitido devolver el esplendor de sus ambientes y espacios por donde transita el hombre que lo habita o visita, recibiendo el influjo de una ciudad modélica del siglo XIX y el respeto de todos por ella.
El resultado de estas acciones determinó que en 1995 alcanzara la categoría de Monumento Nacional y ser la única ciudad fundada en el referido siglo que ostenta esta categoría en el país. Posteriormente el Comité del Patrimonio Mundial de la UNESCO, aprobó por unanimidad en su 29ª reunión anual, celebrada en Durban, Sudáfrica, el 15 de Julio de 2005, conceder al Centro Histórico Urbano de Cienfuegos la categoría de Patrimonio Cultural de la Humanidad, al ser Cienfuegos el primer y excepcional ejemplo de un conjunto arquitectónico representativo de las nuevas ideas de modernidad, higiene y orden, en el planeamiento urbano desarrollado en la América Latina del siglo XIX.