Desde este mes las provincias centrales de Cuba están más conectadas al mapa del mundo. Gracias a la reciente normalización de relaciones entre Cuba y Estados Unidos, a la antigua provincia de Las Villas llegan ahora decenas de vuelos regulares diarios desde La Florida y diferentes ciudades de Estados Unidos, lo que consolida el territorio como uno de los principales destinos turísticos de la isla. De las ocho primeras villas fundadas en el siglo XVI por los conquistadores españoles, cuatro de ellas -Trinidad, Cienfuegos, Sancti Spíritus y Remedios- se encuentran en esta región, que posee además numerosos monumentos nacionales, fabulosas playas y zonas y ciudades declaradas por la UNESCO Patrimonio de la Humanidad, como Trinidad y el cercano Valle de los Ingenios.
Además de disfrutar y poner la mente en blanco en sus extensas playas vírgenes, el viajero hallará en estas provincias sorpresas increíbles: saliendo desde Cayo Santa María, donde Meliá administra cuatro hoteles (Meliá Cayo Santa María, Meliá Buenavista, Sol Cayo Santa María y Meliá Las Dunas) se llega a Remedios a través de un pedraplén que surca los 48 kilómetros de aguas verde esmeralda que separan la isla de Cayo Las Brujas, Cayo Encenachos y Cayo Santa María, tres islotes privilegiados al oeste del archipiélago Sabana-Camagüey, también conocido como Jardines del Rey.
Remedios es un pueblo apacible, de tranquila apariencia, tradicional y simple, donde la calle de entrada y de salida nos lleva de cualquier modo a su Parroquial Mayor, una de las más significativas iglesias de Cuba por la elegancia de sus altares barrocos y las exquisitas decoraciones polícromas de sus techos. El templo fue fundado en el siglo XVII como la iglesia del Buen Viaje y alberga imágenes católicas únicas, como la del Cristo Movible, la de la Virgen María Sentada y la de la Dolorosa embarazada, con lágrimas de perlas brillantes sobre las mejillas.
La iglesia está en el origen de las fiestas populares de esta población, las parrandas, famosas en toda la isla, que tienen lugar en diciembre y que enfrentan a los barrios del Carmen y del Salvador. Fue Francisco Virgil de Quiñones, joven párroco radicado en la villa allá por 1820, quien sin saberlo alentó esta tradición al agrupar a algunos mozalbetes de Remedios para atraer a los frioleros vecinos a las misas de Aguinaldo, entre el 16 y el 24 de diciembre, cuando suelen refrescar las noches en la isla.
Al cura no se le ocurrió mejor idea que armar a los jóvenes con matracas, latas y quijadas de caballo para que salieran a hacer ruido por el pueblo, con el objetivo de sacar a los lugareños de sus casas y conquistarlos para que entraran al templo. Con el tiempo, estos nocturnos aspavientos se convirtieron en una esperada gracia y más tarde en fiesta, cuando en 1871 las organizaron como tal los españoles Cristobal Gilí y José Celorio. Durante las fiestas, que duran las nueve madrugadas de las misas de Aguinaldo, destacan los llamados trabajos de plaza, unas vistosas y sonoras representaciones con muchas luces, cohetes y bengalas con las que se enfrentan los remedianos.
En Remedios se conserva como museo la casa donde nació y vivió Alejandro García Caturla, uno de los grandes compositores cubanos, autor de obras sinfónicas universales como ‘Tres danzas cubanas’ y ‘Obertura cubana’, que son casi himnos nacionales. Elegante en el piano y exquisito con el saxofón, el clarinete, la viola y la percusión, Caturla era poseedor además de una notable voz de barítono que hizo escuchar con éxito en compañía de Rita Montaner y María Fantoli, entre otras divas. Caturla ejerció también como periodista y crítico de arte y era además juez, profesión que le llevó a la tumba con tan solo 34 años al ser muerto a traición el 12 de noviembre de 1940 en la calle Independencia, en el centro de su ciudad natal, por un procesado al que debía condenar en un par de horas.
A media hora de Remedios y hora y media de Cayo Santa María está Santa Clara, ciudad fundada en 1689 a la sombra de un tamarindo por 18 familias recién llegadas de Remedios y cuyo nombre se asocia desde las navidades de 1958 al legendario guerrillero cubano-argentino Ernesto Che Guevara. La toma de esta ciudad por el Che, en vísperas de Nochevieja, provocó la huida del dictador Fulgencio Batista y la entrada en La Habana del ejército rebelde de Fidel Castro. En octubre de 1997 fueron enterrados aquí los restos de Guevara en un gran mausoleo, que simula una cueva recubierta con maderas preciosas, en una de cuyas paredes se encuentran los nichos con los osarios del Che y sus hombres muertos junto a él en la guerrilla boliviana treinta años antes. Cuando visite la ciudad, escuchará a los tríos en los bares y restaurantes repetir incansablemente los versos del trovador Carlos Puebla, ‘Aquí se queda la clara/ la entrañable transparencia/ de tu querida presencia/ Comandante Che Guevara’.