Da igual si viaja sólo o en pareja, con o sin niños, si viene con amigos o ha llegado a este paradisíaco islote porque está de luna de miel. Tampoco es relevante si quiere desconectar completamente del mundo o, si además de paz, busca hacer excursiones y dosis de actividad: si está en Cayo Santa María, tiene asegurado un mundo de experiencias auténticas, a la vez relajadas e intensas, empezando por el placer de bucear.
Obviamente, en Cayo Santa María el protagonista absoluto es el mar. Al lujo que supone bañarse en fabulosas playas de aguas turquesa en un paraje de gran riqueza natural -que es Reserva de la Biosfera-, se le suma la posibilidad de disfrutar del mar en todas sus dimensiones: hacer snorkel en lugares de bellísimos fondos, bucear con equipos de inmersión en los bordes de la barrera coralina, salir de excursión todo el día en un gran catamarán, navegar en pequeñas lanchas de motor por el mágico laberinto de canales, cayuelos y piscinas naturales de la cayería de la Herradura, interactuar con delfines, capturar grandes peces al curricán en la corriente del Golfo o entregarse a la pesca con mosca (fly fishing) en las aguas someras del archipiélago de los jardines del Rey, un lugar ideal para encontrar sábalos antediluvianos, petos y doradas de gran tamaño (no por gusto la zona es conocida por los pescadores como el paraíso del sábalo).
Otra aventura que merece la pena es la eco-excursión a Cayo Caguanes, que es parte del parque nacional del mismo nombre, en la bahía de Buenavista, una de las principales reservas naturales de Cuba y la única que posee la categoría de Reserva de la Biosfera. El lugar es también un sitio de valor arqueológico, con un sistema de cavernas -alguna de las cuales se puede visitar- donde se han hallado rastros de asentamientos humanos precolombinos. Para llegar al cayo hay que navegar entre islotes vírgenes y bosques de manglares, y esta comunión con la naturaleza salvaje se combina con baños en los arenales del mégano de Boca Chica y el snorkel entre corales, una experiencia difícil de olvidar.
Hay múltiples excursiones y todas salen desde la cercana marina de Cayo Las Brujas, que queda a sólo unos minutos de cualquiera de los cuatro hoteles Meliá en Cayo Santa María -el exclusivo Meliá Buenavista, el Sol Cayo Santa María, el Meliá Las Dunas y el Meliá Cayo Santa María, y se construye un quinto, de la marca de lujo Paradisus). Las travesías grupales de día entero se hacen en el Crucero del Sol, pero también las hay de medio día (sin almuerzo) o salidas en catamarán para ver el ocaso desde el mar. Existe también la opción -más cara- de alquilar un barco sólo o con varias personas y diseñar libremente tu propio programa, una maravilla pues se puede ir a lugares increíbles vedados a las excursiones grupales, o que sólo ven de lejos (como el famoso buque varado de San Pascual), y pasar allí el tiempo que uno quiera.
La barrera coralina del archipiélago de los Jardines del Rey es la segunda más importante y mejor conservada del planeta -después de la Gran Barrera Australiana-, pero para llegar a ella hay que ir en barco (una media hora). No obstante, cerca de algunos hoteles hay pequeñas formaciones coralinas, sobre todo en Punta Madrugilla -en el extremo oeste de Cayo Santa María, donde se levanta el Meliá Buenavista) y frente al hotel Sol Cayo Santa María, a las que se llega sin problema desde la playa y donde se puede hacer snorkel y nadar entre peces tropicales de mil colores.
Además del buceo y el mar, Cayo Santa María ofrece numerosas opciones de escapadas y excursiones gracias al pedraplén de 48 kilómetros y 46 puentes -construidos para permitir el flujo del agua en la bahía de Buenavieta- que une el cayo y los aledaños de Las Brujas y Ensenacho con la localidad de Caibarién, principal puerto de la provincia de Villa Clara, que tuvo gran desarrollo económico a finales del siglo XIX y principios del XX y que conserva señoriales construcciones y una bella arquitectura ecléctica en su centro histórico.
Desde los hoteles pueden contratarse diferentes tours para visitar Caibarién y la cercana localidad de Remedios, la octava villa fundada en Cuba por los españoles -a comienzos del siglo XVI-, una joya colonial cargada de historia donde se puede visitar desde una fábrica de puros hasta su hermosa iglesia parroquial mayor, además de pasear por sus embrujadoras calles y plazas donde en Diciembre se celebra una de las fiestas populares más famosas de Cuba, las parrandas de Remedios.
Para los que se queden más tiempo en Cayo Santa María y quieran tomarlo de base para conocer el centro de Cuba, se ofrecen excusiones de una o varias noches para descubrir la villa colonial de Trinidad y el cercano Valle de los Ingenios -declarados Patrimonio de la Humanidad por la Unesco-, la bella y afrancesada ciudad de Cienfuegos o las montañas del Escambray, un verdadero paraíso natural lleno de senderos boscosos, saltos de agua y cascadas de gran belleza. A la ida o a la vuelta, la mayoría de estos viajes incluyen parada en Santa Clara, donde está el mausoleo que guarda los restos del guerrillero cubano-argentino Ernesto Che Guevara. Y después, de vuelta al hotel, de nuevo a bucear.