Para muchos viajeros, los valores patrimoniales de las naciones actúan como una fuerza de gravedad cultural que los empuja deliciosamente hacia pasados intrigantes y legendarios. Cada viaje es una aventura en la historia, casi siempre relacionada con el redescubrimiento de ascendencias culturales o la exploración de nuevos mundos. Enclavada en la tropical escena del mar Caribe, la gran isla de Cuba sorprende a estos expedicionarios del ocio con más de 500 años de historia.
Siete símbolos temáticos, ayudan a armar el rompecabezas cultural de la Cuba patrimonial en cada uno de los rincones de esta tierra. Algunos bien tangibles como los adoquines, los coches de caballos y las fortalezas militares, son piezas angulares, mientras las parrandas, carnavales y el sincretismo religioso, componen el medio espiritual del crucigrama.
Se suman a esta lista, la arquitectura colonial y los ingenios azucareros, componiendo junto a sus cinco hermanos el ABC del patrimonio nacional, que otorga un atractivo UNESCO a los destinos turísticos cubanos.
Adoquines, Arquitectura Colonial y Fortalezas Militares
Los adoquines, la arquitectura colonial y las fortalezas militares definen a las ciudades patrimoniales a través de la nación. La Habana , Trinidad, Santiago de Cuba, Sancti Spiritus y Camagüey, mantienen el espíritu de la colonia con sus calles adoquinadas y mansiones que otrora sirvieron de morada a los nobles del nuevo mundo.
Igualmente, la villa primada, Baracoa, recuerda el embate colonial desde lo alto del fuerte de San Severino, como la capital desde el imponente Morro y la Fortaleza de San Carlos de la Cabaña, o la mole anti-piratas de San Pedro de la Roca mirando a la bahía de la tierra del fuego.
Coches de Caballos
Cada una de estas ciudades resuena con los cascos de los caballos que tiran de los armatostes de hierro con ruedas que antecedieron a los automóviles. Inseparables compinches del adoquín, los viejos coches forman parte de la experiencia patrimonial vigente en la Cuba de hoy. En Bayamo, de forma particular, son el enlace cultural con una ciudad incendiada durante las guerras de independencia en el siglo 19.
Ingenios Azucareros, Parandas y Festivales y Sincretismo Religioso
Conocer la Cuba patrimonial, es distinguir como se entrelazan cada uno de sus elementos indentitarios. Sería bastante probable que sin ingenios azucareros, las fiestas y parrandas nacionales hubieran tenido otro color y el catolicismo se hubiera arraigado de forma pura en las entrañas de la sociedad.
Fue la posibilidad de aprovechar la fertilidad de las tierras cubanas para la producción de azúcar, la que llevó a los colonizadores a plantearse la necesidad de importar fuerza de trabajo esclava hacia los campos cubanos. No solo se encomendaron los avasallados esclavos al sol y a los machetazos, también lo hicieron sus bailes y deidades que fueron aportando un matiz diferente a los festivales callejeros y a las forma en que los cubanos comenzaron a adorar a dios y los santos.
Remedios, Santiago de Cuba, Trinidad, la Habana y Camagüey, aún enarbolan el espíritu esclavo en sus parrandas y festivales. En ellas, las parroquiales alaban en misa a los santos católicos cada domingo mientras en sus inmediaciones, devotos vecinos le ponen velas y flores a sus equivalentes africanos. Babalú aye, persiste junto a San Lázaro y Changó junto a Santa Bárbara en los altares hogareños, guardianes de un patrimonio que convierte a la Cuba de hoy en la Mecca de viajeros de todo el mundo.
La riqueza patrimonial de los destinos turísticos cubanos se extiende a otras áreas como la música y la danza que por su magnificencia son harina para el costal de otra historia.