¿ Quién me va a negar, sin importar la nacionalidad que posea, que cuando siente el repicar de los tambores Batá o de las congas (tumbadoras comúnmente), no ha vibrado? No le ha subido, desde los parajes más recónditos de su cuerpo esa cosquilla que lo incita al baile, al movimiento, a destilar energía mediante la rumba.
No, no se equivoca, no se trata de un documental sobre religión Yoruba, o de un fragmento de uno de los volúmenes de Don Fernando Ortiz. Se trata sencillamente de encontrar en la historia y la cultura, en nuestros ancestros, un espacio de disfrute, como parte de otra de las ofertas que al alcance de nuestros visitantes proponen los buroes de reservación de Gaviota Tours, desde Cayo Santa María .
Pese a no ser Caibarién la cuna de la rumba o gozar de esa contundencia como la poseen La Habana y Matanzas usted y una decena de compañeros, si laten música y curiosidad, podrán gozar de un domingo sui géneris en Caibarién. Las diez de la mañana marcará el punto de partida de esta aventura, pues a esa hora usted entrará en contacto con melodías y pentagramas.
El aperitivo, en el parque de la ciudad, lo pondrá la Banda Municipal y de tiempo libre con un concierto. Justo cuando haya calentado los motores, inmerso en la actividad cultural tradicional que le regala el establecimiento recreativo La Ruina, de conjunto con pobladores de Caibarién y con la interacción entre público y actores como divisa, llegará el plato fuerte: Tambores y aprendizaje sobre folklore cubano.
Hablamos de rumba en un año en el cual los grandes babalawos de Cuba anunciaron a Ogún, deidad yoruba de la guerra y los metales, como el santo gobernante y que se hará acompañar de Ijemoyá, diosa de la maternidad y deidad del río Níger. Religión y costumbres que cargaron consigo los esclavos africanos que fueron traídos bajo el dominio del colonialismo español a nuestro archipiélago.
De vuelta a la rumba, y en una extrapolación de las actividades dominicales en el Callejón de Hamel, Caibarién se estremecerá y usted con ella, todos los instrumentos musicales que se utilizan son de percusión.
Tocará el turno de evocar a José Luciano Pozo (Chano Pozo), José Rosario Oviedo (Malanga), o Pablo Roche Canal, precursores de este género de música tradicional que se originó en Cuba durante el siglo XIX. De raíces africanas, la rumba cubana es considerada la madre de numerosos ritmos y bailes latinos, como la salsa y tiene derivaciones en diversos países de América Latina. En noviembre de 2016 la Unesco inscribió a La rumba cubana, mezcla festiva de baile y música, y todas las prácticas culturales inherentes como integrante de la Lista Representativa del Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad.
Se baila en pareja o solo. Los bailadores bailan al ritmo de la clave. Producen patrones rítmicos con sus movimientos de caderas y pelvis, que uno de los tambores reproduce en su percusión.
Así, tras este breve prisma histórico nos trasladaremos hasta la finca La Cabaña, donde degustar de nuestros platos tradicionales en el Restaurante El Curujey, puede antojarse la despedida perfecta antes de retornar a su hotel, pasadas las tres de la tarde.
Tour del azúcar…Imbricación única
Si de afianzarse a tradiciones se trata, la conjugación perfecta del domingo de rumba la podrá tener con un sábado o lunes de azúcar. Su viaje arrancará con una visita a un antiguo central azucarero convertido en Museo de la Agroindustria Azucarera, donde se resume la historia de la industria azucarera de Caibarién desde 1850 hasta 1998. A propósito, cabe destacar que la exportación del azúcar de caña constituyó nuestro principal renglón económico hasta mediados de la década de los 90 del pasado siglo.
La bienvenida en el central correrá a cargo de un frío y refrescante guarapo, bebida obtenida del jugo de la caña de azúcar y recibirá
como suvenir una botella de Ron Mulata, marca antillana cuyos cuarteles generales y fábricas se encuentran en la región central del país, específicamente en la provincia de Villa Clara.
Tras esa cálida acogida y con las motivaciones que se pueden desprender de la cata de guarapo y Mulata montaremos una locomotora a vapor y el paseo nos conducirá, de la mano del maquinista, hasta la ciudad de Remedios, octava villa fundada por los españoles en Cuba, específicamente en el año 1513 por el español Vasco Porcallo de Figueroa, y conocida por sus míticas parrandas.
Entre el 16 y el 24 de diciembre cada año, la ciudad se divide en dos bandos, «El Carmen», también llamados Carmelitas y representados por el gavilán, y «San Salvador», representados por el gallo. La apoteosis llega el último día cuando tiene lugar la competencia de carrozas engalanadas, fuegos artificiales y trabajos de plaza. La fiesta comienza a las 5 de la tarde y la celebración no concluye hasta el amanecer.
Para el cierre de su día estarán reservados otros placeres identitarios de nuestra nación, pues la partida hacia el hotel estará acompañada de una cata o maridaje de tabaco y ron 100 % cubanos marca registrada.
Con estas experiencias combinadas, le aseguro que en su alma quedará incrustada en lo adelante, un pedazo de Cuba, su gente, y sus tradiciones, con una pizca mayor de azúcar en su torrente sanguíneo.