Con aproximadamente 5 800 kilómetros de costas, la estrecha configuración del archipiélago cubano permite que el océano nunca esté demasiado lejos, no importa el lugar donde te encuentres. Cuba y el mar tienen una relación indisoluble, que va más allá del contacto físico y se manifiesta en los sabores de deliciosos platos elaborados con pescado y mariscos; la adoración a la orisha yoruba Yemayá, diosa de este líquido elemento; los amaneceres y atardeceres en malecones citadinos; las canciones que lo recuerdan; las fortificaciones que enfrentan sus olas y la disposición natural de cada cubano a disfrutar un día de playa en cualquier época del año.
Precisamente las playas –cuya longitud total supera los 590 kilómetros- son muy valoradas por los visitantes que buscan la verdadera alma de la isla. Entre las más famosas destacan las situadas en la cayería norte central; y de ellas, el nombre de Cayo Santa María surge como el destino de viaje que no te puedes perder si necesitas unos días de ocio total y relajación. Figúrate que algunos llaman al cayo “la rosa blanca de los Jardines del Rey” y por algo será, ¿no crees? Aguas turquesas, arena brillante, gaviotas, espuma, caracolas, palmeras, puestas de sol… ¿ya te lo imaginas?
Más de 20 excelentes playas están a tu disposición y te avisamos que no es fácil escoger. Perla Blanca, Madruguilla, Las Caletas, Las Gaviotas, Playa Cañón, Playa Matamoros… Para los más contemplativos, en algunas se ofrecen servicios como tumbonas, comidas y bebidas; a los aventureros les recomendamos buscar las zonas vírgenes donde la actividad humana aún es incipiente. Eso sí, todas tienen en común la transparencia de sus aguas –es posible ver peces y crustáceos sin ningún esfuerzo, sólo adentrándose unos metros desde la orilla- la agradable temperatura que invita a sumergirse y la casi total ausencia de obstáculos como rocas o arrecifes. Esto último se debe a la acción de los vientos alisios, cuya dirección invariable provoca el choque de las olas sobre la costa y la consiguiente formación de arenas cuando las rocas erosionadas desaparecen. Interesante, ¿verdad?
Una vez en las playas del cayo, lánzate a probar actividades nuevas. ¿Qué te parece el snorkeling? Varias excursiones te llevarán a disfrutar de los paisajes submarinos más impresionantes; y si te atreves con el buceo no te vas a arrepentir, de verdad. Los Jardines del Rey cuentan con una barrera coralina reconocida como la segunda mayor del mundo, y el Centro Internacional de Buceo te ofrece cursos y paquetes certificados por instructores profesionales, que pueden ser tu entrada a un mundo verdaderamente fascinante. ¡Aprovecha la ocasión! También están disponibles opciones deportivas como la navegación a vela, la pesca sostenible con filosofía “atrapar y soltar”, los paseos en catamarán… ¡todo con el mar como escenario!
Ideal para disfrutar en familia, con amigos o como parte de un viaje romántico, la “rosa blanca” espera ofrecerte nuevamente sus pétalos y su perfume, sin espinas. ¡No dejes de imaginarla! Una vez en Cayo Santa María, la playa comenzará a formar parte de ti. Y tú serás, sin dudas, parte de la playa.