10 experiencias muy cubanas que seguramente no has vivido en #LaHabana

10 experiencias muy cubanas que seguramente no has vivido en #LaHabana

La Habana, ciudad de casi 500 años, ofrece tendencias, costumbres, ritos que hablan de la espiritualidad de su gente, coctelería de fama universal y lugares desde los que podrás contemplar la ciudad desde otra perspectiva. Siempre queda algo por descubrir; por eso, te sugerimos 10 experiencias muy cubanas que seguramente no has intentado en La Habana:

Montar un almendrón “A lo Cubano”. En toda Cuba se dice que La Habana se mueve en un almendrón. Esos carros de la década de los años 50 que funcionan con motores modernos son para muchos el principal medio de transporte en la ciudad. Son tan populares que choferes y viajeros se entienden con un lenguaje de señas peculiar que sería útil conocer para que explores La Habana con esas rutas establecidas que conectan desde los puntos más concurridos de la ciudad hasta las zonas periféricas. En estos taxis habaneros te pondrás al corriente de las canciones que se escuchan en los barrios de La Habana, del debate cotidiano, del equipo de béisbol que lleva ventaja en la Serie Nacional, y hasta puedes ser parte de un apasionado debate con fanáticos que desde el Caribe siguen las ligas de fútbol internacionales.

https://youtu.be/UaVv2i0Zs6s

Disfrutar de lo más alternativo en la Fábrica de Arte. Muy cerca de la desembocadura del Río Almendares se encuentra uno de los sitios de la ciudad más recomendados por viajeros de todo el mundo. En El Vedado, las naves de una antigua fábrica de aceite se han convertido en vitrinas del arte contemporáneo. La fábrica de arte cubano ofrece proyecciones de películas, clases de danza, obras de teatro, exposiciones de diseño gráfico, arquitectura y conciertos de grupos cubanos y foráneos con las más diversas sonoridades. En una ciudad de cinco siglos también puedes encontrar las propuestas más alternativas.

https://youtu.be/eoNugvVoWMs

Pedir un deseo a la Milagrosa. En la Necrópolis Cristóbal Colón, el mayor de los 21 cementerios existentes en La Habana, una historia de amor convertida en leyenda convoca a cientos de personas a una de las estatuas más famosas de la capital: La Milagrosa. A través de los años, a la escultura erigida en la tumba de Amelia Goyri de la Hoz, ubicada al final de la calle principal del cementerio, se le han atribuido poderes de sanación, sobre todo a mujeres embarazadas y niños. Personas de todo el mundo colocan flores y ofrendas a los pies de La Milagrosa, una de las tantas historias de la ciudad convertidas en mito por el imaginario popular y que convoca a creyentes, escépticos y curiosos.

Necrópolis de Colón

Cruzar la bahía en la lanchita de Regla/Casablanca. Si quieres mirar La Habana desde otra perspectiva, súbete en las pequeñas lanchas que transportan a los pasajeros a ambos lados de la bahía. Así podrás llegar a comunidades como Regla, con un profundo arraigo religioso que la distingue de otras zonas de la ciudad, y también a Casablanca, donde se encuentra el Cristo de La Habana, a 50 metros sobre el nivel del mar. A diferencia del Cristo de los brazos abiertos de Río de Janeiro, el de la capital cubana bendice a habitantes y viajeros a la entrada del puerto. Desde allí, se puede disfrutar de una de las vistas más hermosas e imponentes de la ciudad, sobre todo, de la parte más antigua.

 

Degustar un cóctel campeón mundial. El cóctel Adán y Eva es un aperitivo por excelencia que puedes encontrar en varios bares de la ciudad, aunque te recomendamos especialmente el hotel Tryp Habana Libre, donde lo prepara el propio creador del coctel, el Barman Sergio Serrano, el único cubano que ostenta el título de Campeón Mundial de la Asociación Internacional de Barteders (IBA en sus siglas en inglés), premio que mereciera precisamente por esta bebida. El licor de manzana es la base del trago y se mezcla con el Havana Club Añejo 7 años para lograr un refinado coctel, muy recomendado para las noches cálidas de la ciudad. Generalmente se acompaña con tapas y ya puedes degustar versiones del trago, diseñadas también por Sergio, que incluyen otros rones, vinos y champagne.

Cóctel «Adán y Eva» y su creador Sergio Serrano (izquierda)

Ver un partido de Industriales en el Estadio Latinoamericano. Si estás en Cuba debes vivir la pasión de los cubanos por el béisbol, compartir la emoción de aquellos que siguen a su equipo favorito durante todo el campeonato nacional, de aficionados que elaboran sus propias estadísticas o de fanáticos que celebran cada jugada a ritmo de una conga. El Gran estadio del Cerro, como se le conoce al Latinoamericano, es el terreno más importante del país y la casa del equipo de Industriales, posiblemente el conjunto con más admiradores y detractores en Cuba. Un juego de pelota en La Habana es capaz de reunir en el estadio a 55 mil espectadores, que llevan desde carteles hechos a mano hasta trompetas para alentar a su equipo.
En ese mismo lugar, el fan número uno de Industriales tiene su estatua en las gradas de tercera base en la misma silla donde siempre se sentaba, porque en La Habana, no solo se le rinde honores a famosos como Hemingway en el sitio que tantas veces frecuentara, sino que se inmortaliza hasta el aficionado más popular.

Peregrinar al Santuario de San Lázaro. El Rincón es para los habaneros lo que El Cobre para los santiagueros. Cada 17 de diciembre miles de personas peregrinan hasta el Santuario Nacional del Rincón, en la periferia de la ciudad, en honor a San Lázaro, una de las deidades más veneradas por el pueblo cubano. Los devotos acuden a los altares para profesar su fe al guardián de los pobres y los enfermos y viajeros de otras latitudes llegan hasta El Rincón para presenciar lo que acontece durante la festividad del santo también conocido como El viejo Lázaro. Es una tradición que tiene sus raíces en la religiosidad de los cubanos y parte inherente de la cultura popular.

Santuario de San Lázaro

Jugar Frontenis en las Playas del Este. Si quieres combinar el deporte con una de las mejores playas de la ciudad, visita la zona este de La Habana. En Santa María del Mar cientos de jóvenes se agrupan para disputar torneos de frontenis, realizar actividades náuticas, disfrutar de la música y las ofertas gastronómicas. El buen ambiente no falta en las arenas de una de las playas más populares de la ciudad.

Cancha de Frontenis

Ir a bailar salsa en el 1830. En el extremo oeste del Malecón, antes del túnel de 5ta Avenida, se ubica el restaurante 1830, uno de los más elegantes de La Habana, con magníficas vistas al mar desde su terraza. Pero tras el cierre de la cocina, a las 10 p.m., el lugar se convierte en pista de baile para aquellos que han decidido venir a La Habana a explorar diversos estilos como la salsa, la rumba o la timba cubana. Puedes aprender nuevos pasillos y moverte al ritmo de temas de salsa muy conocidos. Expertos y principiantes conforman grandes ruedas de casino para dar paso a una de las discotecas más animadas de la ciudad.

Escuchar bandas de Rock en el Submarino Amarillo. En el Vedado habanero, muy cerca de la escultura de John Lennon, erigida en el parque que lleva su nombre, encontrarás un espacio que rinde culto a las grandes bandas de rock de todos los tiempos. El submarino amarillo toma a los Beatles y a todo el universo gráfico que los rodea para ambientar el lugar y trasladarte a una época distinta en medio del Caribe. Allí se combinan los sonidos más electrizantes con la coctelería más refrescante. Pero no solo volverás a escuchar esa música que ha acompañado a generaciones de melómanos en todo el mundo, sino que podrás descubrir cómo suena el rock cubano y las creaciones más recientes de las bandas que defienden el género en la Isla.