Toda novedad atrae, y si viene acompañada de un clima espectacular, sol, playa, y el carisma y hospitalidad de los cubanos, créame que no se lo pensará dos veces para inscribirse en la primera edición la I Copa de Golf Varadero by Meliá Cuba, a celebrarse entre el 20-23 de septiembre venideros.
Sí, como su nombre lo indica el principal balneario de Cuba acogerá la cita, en el único terreno oficial que posee la isla hasta la fecha ̶ 18 hoyos, extensión aproximada de 3.5 kilómetros, diseñado por el arquitecto canadiense Les Furber, presidente de Canadian Company Golf Design Services (LTD) – y que abre sus brazos sin distinción tanto a jugadores con alguna experiencia en circuitos profesionales, como a golfistas aficionados.
Antes de descorrer las cortinas, aquellos afortunados que decidan inscribirse deberán conocer que la Copa de Golf Varadero by Meliá Cuba se disputará bajo la modalidad Strokeplay (primera categoría caballeros) y Stableford (segunda categoría caballeros y ambas categorías de damas), emergiendo como vencedor el jugador que realice la ronda en el menor número de golpes, por el sistema de todos contra todos pactado a tres rondas de 18 hoyos (1 de práctica, de carácter opcional, y dos rondas de torneo obligatorias). El campeón será el de mejor acumulado tras las sumas de los rendimientos en las dos rondas de la lid, que además premiará el drive más largo en uno y otro sexo, el drive más recto, y el closest to the pin.
Lo sui géneris estriba en que este certamen agrupará a equipos de cuatro jugadores. Se impondrá aquel que realice la ronda en el menor número de golpes. Así, el primer día de competencia se jugará en parejas bajo el formato de Mejor Puntuación de dos, en tanto la Segunda Ronda se jugará de forma individual.
Claro está, una de las claves del formato radica en la posibilidad de potenciar el intercambio que se desprende del trabajo en grupo, aun cuando su membrecía apenas se conozca. Pero eso tiene el golf y el deporte en sentido general: el poder para aunar fuerzas, saberes, habilidades… en este caso con el drive, putter o hierro, a tono con la situación de juego que se les presente a los protagonistas, sin importar barreras idiomáticas o culturales.
Si a eso, usted le adiciona la posibilidad de relajarse y aderezar su jornada con una puesta de sol a la orilla de una playa de arenas blanquecinas, disfrutar de esa quietud reparadora, sea cual sea el desenlace que en el plano meramente competitivo su día haya tenido…entonces considérese ganador de forma anticipada.
Septiembre espera. Varadero, su campo de Golf, y la cadena hotelera Meliá hacen equipo y aguardan por su reservación. Será como pegarle en el agujero de la suerte a la bola con núcleo de cordón de goma enrollado, capa exterior de plástico, y superficie entre 250 a 450 pequeños hoyuelos.
Involúcrese y puede que se narren sus historias, como si de “The Greatest Game Ever Played”, se tratase. Solo que en esta ocasión no habrá jóvenes caddies pobres a la usanza del francés Francis Ouimet, quien quebrara la hegemonía británica en el US Open de 1913, sino que todos compartiremos la magia del golf, como camaradas, con la playa, el sol, la relajación y otros placeres en rol de incentivos adicionales.