La Habana es un clásico del mundo donde la maravilla te sorprende en muchas esquinas, y donde se conjuga el respeto por las tradiciones con la creación más contemporánea. Por eso, te proponemos 13 experiencias clásicas que no te debes perder en tu visita a la capital de Cuba.
Pasear por el Malecón: Nadie presume de haber visitado La Habana si no ha pasado por su Malecón. Lugar de encuentro para quienes buscan escapar del calor de la ciudad, para los músicos que, guitarra en mano, ofrecen sus canciones a las parejas que quieren salir de la rutina, pista ideal para aquellos que prefieren correr al aire libre. Paseo de carrozas y comparsas en días de Carnaval, el malecón de La Habana custodia una ciudad de casi 500 años. Cuando baja el sol, esta extensión de muro que comienza en el Castillo de La Punta, en la entrada de la bahía, hasta La Chorrera, se convierte en un gran sofá para aquellos que buscan ese punto donde la ciudad se encuentra con el mar y su gente, esa gran pasarela del litoral habanero.
El show de Tropicana: “Un Paraíso bajo las estrellas”: En tu visita a La Habana no puede faltar uno de los cabarets más famosos del mundo. Pocos han podido resistirse a los encantos de un show al aire libre que rompe con los esquemas tradicionales y que muestra ese mestizaje de ritmos y sonoridades de la que están hechos los cubanos. Elementos del ballet, el circo, el carnaval, el bolero y el Folclore Cubano, matizado con el colorido, y la gracia de las bailarinas, han atraído a la Habana durante 70 años a los artistas más populares. Músicos cubanos como Bola de Nieve, Elena Burke y artistas internacionales de la talla de Nat King Cole, Carmen Miranda y Liberace han actuado en los escenarios de Tropicana, un sitio para aquellos que quieren ser parte, por una noche, de un “Paraíso bajo las estrellas”.
Una función del Ballet Nacional de Cuba en el Gran Teatro de La Habana: Si quieres vivir lo clásico no debes perderte una función del Ballet Nacional de Cuba en el Gran Teatro de La Habana “Alicia Alonso”. Aquí se exhiben clásicos como Giselle, El lago de los cisnes o Coppélia, versiones de una compañía que en el siglo XXI rinde culto a las grandes obras de ballet. El Ballet Nacional de Cuba es una de las compañías danzarias más prestigiosas del mundo y ocupa un lugar prominente en la cultura hispanoamericana contemporánea; en Cuba, ha convertido el ballet en un fenómeno popular. Las grandes funciones de la compañía se reservan para el Gran Teatro de La Habana, restaurado recientemente. En una zona céntrica de la capital, dos clásicos se juntan para hacer de tu visita una experiencia sublime.
El cañonazo de las nueve: una ceremonia de tres siglos cada noche: El cañonazo de las nueve es una tradición que invita a los visitantes a viajar en el tiempo. Cada noche, justo a esa hora, desde la Fortaleza de San Carlos de la Cabaña, un disparo de cañón resuena en toda la ciudad. Se trata de una práctica del siglo XVIII que anunciaba el cierre de las puertas de la muralla que protegían la ciudad de corsarios y piratas. Todavía pueden verse restos de esa construcción en La Habana Vieja. Todas las noches, cientos de turistas se reúnen cerca del Castillo de los Tres Reyes del Morro, en la entrada de la bahía habanera, para presenciar una ceremonia tres siglos ejecutada por jóvenes vestidos con uniformes similares a los utilizados por el cuerpo de oficiales y soldados durante el reinado de Carlos III.
Visitar el Museo Nacional de Bellas Artes: Entre el Museo de la Revolución y el Parque Central podrás realizar un recorrido por la historia del arte desde el siglo XVI hasta la actualidad. La zona acoge dos edificios con las colecciones de arte cubano y arte universal más importantes de la Isla. La antigua sede del Centro Asturiano muestra series de los grandes maestros cubanos, como Fidelio Ponce y Wifredo Lam; en tanto, muy cerca de allí, el edificio de arte universal, exhibe colecciones de arte español con los más importantes pintores del siglo XIX, retratos ingleses de 300 años y cerámica de Egipto, Grecia y Roma. De martes a domingo, más de 30 mil piezas de arte están a tu disposición en una de las zonas más céntricas de la ciudad.
“Mi mojito en La Bodeguita, mi daiquirí en El Floridita”: Así decía el Premio Nobel de Literatura Ernest Hemingway cuando se refería a los cocteles cubanos que hiciera mundialmente famosos. El escritor norteamericano era un asiduo visitante de la Bodeguita del Medio y de El Floridita, ubicados en La Habana Vieja, en la época en la que vivió en Cuba, durante las décadas del 40 y 50 del siglo pasado.
Además del Mojito, la Bodeguita ofrece a turistas de todo el mundo una típica comida criolla, en la que no falta la carne de cerdo, el congrí, la yuca con mojo y los tostones. No te olvides tampoco de dejar tu firma en una de las paredes del lugar, la muestra gráfica de tu paso por La Habana.
Si caminas por la calle Obispo, te encontrarás con otro de los sitios turísticos más visitados de Cuba. El Floridita, con más de 200 años de historia, ofrece la variante más conocida del Daiquirí y una estatua de bronce del autor de El Viejo y el Mar junto a su silla habitual en el bar.
A través de los años, otras figuras internacionales han seguido la afición del escritor por el Daiquirí, bebida que, al igual que el Mojito, tiene como base el ron cubano. Así lo hicieron Matt Dillon, Pierce Brosnan, Naomi Campell, Compay Segundo, Ana Belén y Víctor Manuel. El bar es reconocido por expertos del mundo como un templo del coctel.
Sigue los pasos de Hemingway: Si quieres continuar la ruta de uno de los escritores más famosos del mundo durante su vida en la capital, no dejes de visitar el Hotel Ambos Mundos. Allí se conserva la habitación 511 tal y como la dejara el escritor de Por quién doblan las campanas, una novela que nació en ese lugar.
A 15 km del centro de La Habana, en San Francisco de Paula, puedes entrar en el mundo del escritor, qué libros leía, qué máquina de escribir utilizaba. En la Finca Vigía, que fuera la casa del novelista por veinte años, Hemingway dejó su extensa biblioteca de más de 9 000 libros, revistas y folletos, además de sus objetos personales. Aquí escribió gran parte de sus grandes obras: Por quien doblan las campanas, El viejo y el mar y París era una fiesta. En 1954 recibió el premio Nobel de Literatura, cuando todavía vivía en Cuba. Quizá La Habana te inspire tanto como lo hizo al famoso escritor.
Andar la Habana Vieja: Un paseo por la zona más antigua de la ciudad te hará conectarte con la historia y la cultura cubanas. Declarada Patrimonio de la Humanidad por la Unesco, La Habana Vieja es una de las recomendaciones que aparece en todas las guías de viajeros del mundo. Poco a poco se restaura para conservar las huellas del tiempo que hacen tan especial esta zona de la capital. A tu paso por la calle Obispo, la calle Oficios, la calle O´Reilly o la calle Mercaderes te encontrarás con museos, bares y restaurantes que exhiben en sus cartas desde un menú tradicional hasta una gastronomía más contemporánea.
¡Sería imperdonable no llevar tu cámara, pudieras arrepentirte! En cada esquina, edificios de arquitectura colonial y barroca te pueden sorprender. Puedes tomar un descanso en los bares de la Plaza Vieja y disfrutar de un café o una cerveza. El paseo por la ciudad estará animado por las bandas locales que ofrecen esa música cubana que ha recorrido el mundo.
Experimenta la elaboración del ron de primera mano: Si vienes a Cuba tienes que conocer sobre ron cubano. En el Museo del Ron de Havana Club puedes aprender no solo la historia del famoso destilado, sino cómo se hace. Situado en La Habana Vieja, en una casa colonial del siglo XVIII, el museo ofrece la oportunidad de descubrir en tiempo real el proceso de elaboración del ron: desde la caña de azúcar recién cortada, la reconstrucción de una destilería, hasta las bodegas en las que los rones finos se añejan para crear un producto auténticamente cubano y de fama internacional.
Dos de los objetos valiosos que se exhiben son un molino de caña utilizados en los primeros ingenios y un modelo de una locomotora de vapor que recuerda que Cuba fue el primer país de América Latina en utilizar el ferrocarril para el transporte de caña de azúcar.
Visita las fábricas del mejor tabaco del mundo: En la capital también podrás descubrir parte del secreto del puro más famoso del mundo. En las fábricas de tabaco en La Habana conocerás el proceso de confección de un producto cien por ciento natural de la mano de experimentados torcedores que heredan una tradición que es Patrimonio de Cuba. En un sitio inundado por el aroma del tabaco, hombres y mujeres seleccionan el tipo de hoja para cada habano, mientras escuchan novelas y noticias de la voz de un lector de tabaquería, una práctica de antaño que se mantiene en el presente. Cada día, en las fábricas de ciudad, se elaboran emblemáticas marcas de puros cubanos como Partagás, Montecristo, Romeo y Julieta y Cohiba, joyas hechas a mano.
City Tour en Auto Clásico: Recorrer La Habana en un auto clásico se ha convertido en una experiencia obligada para los viajeros. Es una oportunidad para que mires la ciudad desde un carro descapotable de los años 50, esos museos rodantes que funcionan gracias al ingenio popular. Desde un clásico, puedes recorrer las zonas más modernas de la ciudad, como son el Vedado y Miramar, donde la diversidad arquitectónica te volverá a sorprender, podrás cruzar el túnel de La Habana y ver la ciudad desde el Morro o llegar a la Plaza de la Revolución, uno de los símbolos de la capital.
Pasear en Bici-Taxi: Si vienes a La Habana vive como su gente. Cada día, miles de personas se transportan de un punto a otro de la ciudad en los llamados Bici taxis, una solución cubana para el calor de la Isla. En estas bicicletas techadas puedes recorrer la zona de Centro Habana, el corazón de la ciudad. Los conductores han encontrado la manera de personalizar su vehículo con una banda sonora propia y carteles hechos a mano para identificarlos. Si miras con atención, notarás que en las gráficas de los bici taxis también se imprimen el imaginario del pueblo, su identidad y hasta la filosofía de vida de su gente. En La Habana, hasta los medios de transporte se convierten en medios de expresión de la cultura popular.
Música en vivo en el Habana Café: Cuando el sol se pone en La Habana, es tiempo de buscar una pista de baile. En el corazón del Vedado y a pocos metros del Malecón, se encuentra el Restaurante Bar Espectáculo Habana Café del Hotel Meliá Cohiba. Este es un sitio peculiar donde un Chevrolet descapotable y un Buick de 1957 decoran un espacio ambientado en los años 50. Cada noche, las luces de los carros y el sonido del claxon forman parte del show. Aquí disfrutarás de presentaciones de grupos muy populares como los Van Van y el Buena Vista Social Club. Nada mejor que la música en vivo en un lugar original de La Habana para terminar un día lleno de emociones.