Hay voces y canciones que identifican a un país de forma inmediata y lo refieren a su esencia mejor que cualquier otra cosa. Sucede en Estados Unidos con Frank Sinatra y Billie Holiday, en Francia con Edith Piaff y Aznavour, y en Cuba, por ejemplo, con Pablo Milanés y las evocadoras estrofas de Yolanda o de El breve espacio en que no estás. Pablito, como es llamado Milanés por sus compañeros de la Nueva Trova y en general por todos los cubanos, es parte del corazón de una isla bendecida por el arte y la magia de la poesía, y para quien no lo crea ahí están sus versos, yo no te pido que me bajes una estrella azul/ sólo te pido que mi espacio llenes con tú luz.
Pablito es mucho más que una de las voces privilegiadas de Cuba, sus canciones y composiciones son todo un tratado de música y de cubanía y por eso, como la buena literatura o el buen cine, conviene conocerlo y disfrutarlo a cabalidad para penetrar un poco más en lo profundo de una isla que no es tan fácil de comprender. Es una excelente noticia, por ello, lo que ocurrió el pasado 24 de febrero en el Gran Teatro de La Habana.
Coincidiendo con el cumpleaños 74 del artista, en el Gran Teatro -ubicado en las instalaciones que originalmente fueran del Palacio del Centro Gallego de La Habana-, se presentó una edición de lujo que reúne en una sola caja los 50 álbumes de la discografía de Pablo Milanés. La colección es soberbia y contiene toda su obra grabada desde 1974, cuando realizó su primer disco, con versos de José Martí, hasta el último trabajo que hizo en 2015, dedicado a los 50 años de su legendaria canción Mis 22, que marcó un antes y un después en su trayectoria y supuso un puente musical entre la tradición y las nuevas formas de la canción cubana.
La recopilación incluye 53 CDs de audio (varios de los discos son dobles) y cinco DVDs (siete horas de vídeo en vivo), con más de 600 canciones, resultado de una seria investigación que rescata cubiertas originales, notas discográficas, imágenes y datos de grabación, además de la remasterización de los temas y discos más antiguos, lo que supone un verdadero regalo para los especialistas y los entusiastas del trovador, más allá del valor de las propias canciones.
“Yo soy un hombre sincero/ De donde crece la palma/ Y antes de morirme quiero/ Echar mis versos del alma…”. Son estos versos de Martí, musicalizados por Pablo Milanés y con los acordes sencillos de su guitarra, los que abren la compilación, que incluye todas las letras de sus canciones corregidas y editadas, además de los datos de quienes fueron los músicos y arreglistas de Pablo en cada momento y una guía cronológica de los álbumes. La caja, publicada bajo el sello cubano BisMusic, sólo se venderá en Cuba y su precio es de 195 pesos convertibles (equivalente a dólares), aunque también podrán adquirirse los discos sueltos, a un precio de entre 3 y 4 pesos convertibles, en dependencia de si se trata de CDs normales o dobles, o DVDs.
Quién escribe, que de siempre ha escuchado a Pablo Milanés y creía conocer bien su repertorio y sus claves, ha descubierto de pronto un nuevo Pablo, pues no es lo mismo disfrutar sus obras más redondas de una en una y según aparecían, que apreciarlas en su conjunto y evolución. Cuenta la compositora Marta Valdés, encargada de presentar la compilación y de guiarnos a modo de un sherpa por el mundo creativo de Pablito, que al menos media docena de títulos “llamados a permanecer en la preferencia de legiones de amantes del género” y de convertirse en clásicos de la canción universal, los dio a conocer Milanés entre 1976 y 1979, entre ellos La vida no vale nada, Para vivir, Años o Yo no te pido.
La electricidad es grande cuando uno oye las versiones originales de algunos de los temas que se han quedado incrustados en el imaginario personal de uno y que son emblemas de la Nueva Trova y referentes de Cuba, con estrofas de oro como, por ejemplo, aquella de Todavía quedan restos de humedad/ Sus olores llenan ya mi soledad/ En la cama su silueta/ Se dibuja cual promesa/ De llenar el breve espacio en que no estás.
Contó durante la presentación Nancy Pérez, historiadora gallega que trabaja en la Oficina del artista y madre de dos de sus hijos, que en muchos casos fue necesario rescatar grabaciones que no estaban digitalizadas y se encontraban en placas originales en los archivos de la Empresa de Grabaciones y Ediciones Musicales, Egrem, la casa discográfica más antigua de Cuba. También que estas no son las obras completas de Milanés porque no se incluyen las composiciones para cine y televisión y los trabajos del entonces joven cantautor con el Grupo de Experimentación Sonora del Icaic, del que salieron figuras como Silvio Rodríguez, Leo Brouwer y Sara González.
La discografía de Pablo contiene también maravillas a dos voces o a cuatro manos, pues el autor de Yolanda ha grabado en este medio siglo discos mágicos con Chucho Valdés y muchos otros grandes de su país y del mundo, además de encabezar homenajes en los que canta sus canciones junto a amigos como Chico Buarque, Mercedes Sosa o Luis Eduardo Aute (Querido Pablo, 1985), o protagonizar sesiones de filin o de boleros en Tropicana. Todo un lujo que a partir de ahora el visitante podrá encontrar en Cuba y en ningún otro lugar.
