Meliá Cohiba, el trío y el ciclón

Meliá Cohiba, el trío y el ciclón

Unos niños se bañan en la piscina, la música ha vuelto de nuevo al Habana Café y las batidoras rugen otra vez en los diferentes bares del hotel Meliá Cohiba, donde, embravecidos por la espuma del daiquiri, varios turistas hacen cuentos de lo que vieron estos días en que el Irma azotó la costa norte de la isla poniéndolo todo patas arriba. “Vi volar un techo como si fuera una hoja de papel”, cuenta Jaume, un joven turista de Barcelona.

Meliá Cohiba, de vuelta a operación tras el paso de Irma

Los efectos del Irma se aprecian todavía en las calles de La Habana, pero la tranquilidad ha vuelto al malecón y en la emblemática calle Paseo la vida continúa. “El golpe ha sido duro, pero la situación está normalizada”, dice en el lobby del Meliá Cohiba Amaury Quintana Lobaina, toda una institución en este establecimiento que desde el día de su inauguración, en 1995, es símbolo de la industria turística cubana cinco estrellas. Amaury lleva más de dos décadas trabajando en el equipo de aseguramiento y seguridad del hotel, y todos los grandes huracanes y tormentas que han afectado el Cohiba los ha pasado aquí acuartelado.

Bar Aqua, Piscina del Meliá Cohiba

Con el Irma estuvo casi cinco días sin salir del establecimiento. Primero, preparando las condiciones para prevenir daños, luego, ayudando a la evacuación de más de 300 huéspedes, que fueron realojados en el Tryp Habana Libre, el Meliá Habana y otros hoteles de la ciudad, y, a partir del lunes de la semana pasada, cuando abrió de nuevo el establecimiento, restableciendo la normalidad. “Ya nosotros tenemos mucha experiencia en estos fenómenos, estamos más preparados que nunca para salir adelante”, cuenta este santiaguero que nació hace 76 años en las lomas del Caney, donde, reivindica, “se dan los mejores mangos de Cuba”.

Amaury es hijo de campesinos y todavía conserva esa inteligencia natural de los guajiros, así que para que no le falle la memoria comparece con una hojita de papel donde lleva anotados los nombres y fechas de todos los ciclones que ha vivido en el Meliá Cohiba. “Uno de los más grandes fue el Wilma, en octubre de 2005, cuando el hotel quedo aislado por el agua y tuvimos  que sacar a los turistas en lanchas y equipos anfibios después de que pasó el huracán”.

El Hotel Meliá Cohiba, reabre sus puertas tras el paso del Huracán Irma, por la costa norte de La Habana, Cuba. 14 de septiembre de 2017. ACN FOTO/ Abel PADRÓN PADILLA/

“Aquello fue tremendo”, recuerda todavía con la voz quebrada. “Del carajo”. No dio tiempo a nada. Para la primera noche Amauri y otros empleados tuvieron que bajar los colchones de las habitaciones e instalar campamentos de campaña en los pasillos y las áreas comunes más protegidas, donde instalaron a los turistas. “Hasta preparamos un salón de juego para los niños en el área de las oficinas y pusimos televisores en diferentes lugares para que la gente se mantuviese informada”.

De entonces a acá ha llovido bastante. En agosto de 2008 azotó la isla el huracán Gustav y solo una semana después llegó el Ike, pero Amaury y los suyos lograron restablecerse rápidamente e igual ocurrió en octubre de 2010 cuando le tocó el turno al ciclón Paula. Con el Irma todo funcionó como un reloj. “Un día antes de que sus efectos se hiciesen sentir en La Habana -el sábado 9 de septiembre- todos los huéspedes fueron realojados en otras instalaciones turísticas. Aquí nos quedamos cerca de 200 trabajadores del hotel, incluido el director, Juan Tuñón”. Según Amaury, nunca pasó por Cuba un huracán tan violento, con excepción del Flora, poco después del triunfo de la revolución.

“Realmente daba miedo. Colocamos unos sacos de tierra para proteger las puertas y salieron volando por los aires, parecía que se iba a acabar el mundo, la fuerza del viento era tremenda”. Mientras habla Amaury, varios huéspedes piden piñas coladas y mojitos en el lobby bar. Los camareros cuentan a los más curiosos cómo Irma arrancó árboles en sus casas, mientras algunos viajeros preguntan por el show del Habana Café para reservar esta noche.  “Aunque a parecía difícil, el lunes por la tarde, sólo 48 horas después del infierno, abrimos las puertas y todo comenzó a funcionar”.

Lobby del Meliá Cohiba

 Hace ahora 22 años, cuando el grupo Meliá Hotels International asumió la administración del Cohiba y la meta era convertirlo en el hotel  cinco estrellas de referencia en Cuba, el presidente de la compañía, Gabriél Escarrer, dijo que en la historia del turismo en Cuba, y también de la cadena que dirigía, “se hablaría de un antes y un después del Meliá Cohiba”.

Así fue, asegura Amaury, por eso que el Cohiba haya logrado recuperar la normalidad en un tiempo record es todo un símbolo que mueve al optimismo, considera. Jaume, el barcelonés, que pasea por el lobby del hotel antes de regresar a Cataluna, es un enamorado de la vieja trova de Santiago de Cuba. Dice que pasó el Irma animado con un poco de ron y el son inmortal del Trío Matamoros llamado “El trío y el ciclón”. Alude la canción a un famoso huracán que asoló República Dominicana en 1933, donde se encontraba el grupo en ese momento actuando. Después de contar los daños que dejó la infausta tormenta en Quisquella, dice Miguel Matamoros en su antológica composición: “cada vez que me acuerdo del ciclón se me enferma el corazón”.