Sí, es real, si usted decide tener una escapada romántica, pedirle matrimonio a su amada, entregarle los anillos de compromiso, o sencillamente, exacerbar la pasión, avivar o rescatar un romance de años hará bien en escoger a Cuba.
Nuestra Isla se antoja un nicho de amor en el corazón del Caribe, y la cadena hotelera Meliá Hotels International, el puente para materializarlo.
Pensando en la cinematografía que aborda esta temática, me vienen a la mente “Los pájaros tirándole a la escopeta”, “Irremediablemente juntos” o la primera historia de “Bocaccerías habaneras”, por solo mencionar tres filmes cubanos, mientras Hollywood tiene tela por donde cortar en esta cuestión, con “Casarse está en griego”, “La boda de mi mejor amigo”, “El padre de la novia”, “Experta en Bodas”, “Novia Fugitiva” o “La mejor de mis bodas”, entre las de mayor relieve.
De cualquier manera si usted ya se inclinó por su boda o luna de miel en nuestro verde Caimán, no debe dejar de considerar a siete hoteles que poseen paquetes sui géneris para llevar a cabo su cruzada, con la complicidad de Cupido.
Los programas son insospechados y contemplan desde asesoría personalizada para todos los detalles, servicios de notario, check in privado, bouquet y cena nupcial, bombones y vino en la habitación, púllover “Just Married”, descuento del 10 % en los servicios Yhi-Spa, y hasta la posibilidad de una escapada romántica posterior en el primer aniversario. Eso con constancia gráfica, pues también podrá archivar en los recuerdos una docena de fotos al tamaño 5×7, si se decanta por el paquete de bodas gratuitas, o 24 si decide contraer nupcias con un poco más de glamur y lujo.
El espectro de opciones románticas, contempla, además de las bondades de sol, playa y ambiente más que propicio para entregarse, la opción de casarse al amparo de Poseidón, descalzo, con la espuma y las arenas cristalinas bendiciendo la unión, o en algún otro paraje en las inmediaciones de los hoteles de su interés.
Así por ejemplo, el Paradisus Varadero, un gigante de 794 habitaciones, 11 restaurantes y 15 bares, tiene en su cartera locaciones alternativas, servicios de nupcias personalizados con desayuno a la habitación, atenciones diarias, cesta de frutas y una botella de cava, además de otras deferencias que harán a los novios sentirse verdaderamente especiales, a tono con la categoría 5 estrellas de la instalación. Programa que patenta la exclusividad y elegancia de los hoteles categoría Paradisus.
En una cuerda similar hallamos al Paradisus Princesa del Mar, igualmente enclavado en el balneario de Varadero. En este complejo de 630 habitaciones y con la particularidad de solo admitir huéspedes mayores de 18 años, la privacidad está de antemano garantizada. Un entorno más propicio, y hasta tarta de novios, con bouquet y boutonniere para el novio, los padrinos y testigo los coloca entre los blancos tentativos para su elección.
El cierre a la altura de Paradisus, se lo proponemos con el Paradisus Río de Oro de Playa Esmeralda, en el litoral Norte de la oriental provincia de Holguín. Posee 354 habitaciones e igualmente está diseñado para la estancia de clientes mayores de 18 abriles. Este brinda, como incentivo adicional y para exacerbar las hormonas, una noche previa a las nupcias para los prometidos en habitaciones separadas. Además cuenta con un Gazebo decorado para celebración de bodas y una locación emergente en caso de mal tiempo.
Del areté y la clase de las opciones Paradisus con cierre en Holguín, retornamos al balneario emblema de nuestro archipiélago: Varadero, pero esta vez anclamos en el Meliá Varadero. Hablamos de 490 habitaciones en un entorno lujoso y sofisticado, con locación privilegiada en la primera línea de playa y cercanía al Campo de Golf. Su categoría 5 estrellas y la opción de pasar la luna de miel rodeado de playas vírgenes y servicios de excelencia, lo avalan sobremanera.
Viajando un poco más hacia el centro, específicamente en la cayería Norte villaclareña nos toparemos con dos hoteles que imitando el canto de sirenas o a la ninfa Calipso, ejercen cierto poder hipnótico: el Meliá Cayo Santa María, y el Meliá Las Dunas.
Ambos priorizan esta variante de bodas y lunas de miel entre sus atractivos. Sus playas, exuberante vegetación y rica variedad de la fauna, convierten este sitio en uno de los más exóticos destinos para el romance de las parejas. Bondades naturales que fusionan con la calidad y el servicio que los hoteles de la marca Meliá ofrecen.
El Cayo Santamaría contempla en su programa coordinación de sitting en restaurantes especializados para novios y hasta 6 invitados (1 vez durante la estancia), además de un circuito hidrotermal para la pareja durante la estancia (previa reservación en Yhi Spa).
Por su parte, el imponente y gigantesco Las Dunas prevé en el acápite de Bodas de Lujo, habitación especial para la pareja (ubicación, cama king, decoración y amenidades VIP), habitaciones separadas la noche anterior a la boda o habitación de cortesía para la novia 4hrs antes de la ceremonia (sujeto a disponibilidad), y peinado y maquillaje para la novia. El colofón, desde mi perspectiva, la descubierta romántica (Diaria para Paradisus y la noche de la ceremonia para Meliá y Sol). Cuasi irrenunciable.
Llega el epílogo de este levitar de nupcias, la encrucijada de elecciones se acrecienta, y para sellar las opciones le sometemos a su consideración el Sol Cayo Largo que convida y magnetiza amparado por su entorno natural de un atractivo singular, con bellísimas playas vírgenes, rodeadas de palmeras, cocoteros y hermosos arrecifes coralinos.
Su gancho, además del buceo como posibilidad, y la opción de descubierta romántica (Diaria para Paradisus y la noche de la ceremonia para Meliá y Sol).
Si su pareja, su economía y Cuba como destino en el Ecuador de sus intereses, se lo permiten, rompa las rutinas y los cánones, tómese un tiempo, compre a hurtadillas la alianza de sus sueños, y selle una unión de ensueño en el Caribe. El beso de bodas y un hasta que la muerte nos separe que estremezca playas, corales y almas, bastarán para prendar a su fiancé.