Si tuviésemos que recomendar una ciudad cubana que reflejase con mayor precisión el alma de la isla, esa sería, sin lugar a dudas, Santiago. Quizás los nacidos en otros lugares de la geografía caimanera no estén de acuerdo, pero ese debate será tema para otra ocasión. Hoy queremos proponerte un itinerario por la también llamada “Ciudad Héroe”; ruta que deberás hacer caminando si no quieres perderte los mejores detalles. Toma un sombrero, cámara fotográfica y ¡allá vamos!
Comenzaremos en el punto donde se cruzan tres importantes avenidas santiagueras: la de los Libertadores, la de los Desfiles y la Avenida de las Américas. Mira a tu alrededor… estamos en el Complejo Monumental “General Antonio Maceo”, la famosa Plaza de la Revolución de Santiago. Esta explanada acoge los principales eventos masivos de la ciudad, y su diseño se inspira en la Protesta de Baraguá, un suceso de las Guerras de Independencia que marcó el carácter rebelde de los cubanos. La figura a caballo es el propio Maceo, protagonista de dicha Protesta y cuyas numerosas proezas militares ya son parte del imaginario popular. A su alrededor verás 23 machetes gigantescos, que recuerdan la principal arma de combate de los mambises durante las guerras de independencia; su número alude al reinicio de los enfrentamientos tras la Protesta que antes mencionamos –el 23 de marzo de 1878-.
Salgamos de la Plaza y sigamos la Avenida de las Américas en dirección Sur. Pasaremos por el estadio deportivo “Guillermón Moncada” y la Universidad de Oriente “Julio Antonio Mella”, hasta llegar al parque Ferreiro. Tomemos aquí un descanso: el arbolado es abundante y es un buen lugar para mirar –y admirar- a los santiagueros de sonrisa fácil que van, sin apresurarse, a atender sus asuntos del día. ¿Listo nuevamente? Giremos a la derecha para recorrer ahora la avenida Victoriano de Garzón, o simplemente “Garzón”, como es más conocida.
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Si eres atrevido y te gusta la comida callejera, estás en el lugar ideal. Por la zona circulan numerosos vendedores de las afamadas frutas “del Caney”: mangos, mameyes, nísperos, caimitos, chirimoyas. En establecimientos y quioscos encontrarás estas mismas delicias convertidas en jugos bien fríos, y conocemos el caso de cierta viajera que, enamorada de un batido de coco legendario que saboreó, hizo expresa petición al vendedor para que le llenara un envase de litro y medio. No hay solamente frutas para escoger: también te invitamos a probar helados de diversos tipos, cocteles de ostiones, pizzas “a la cubana” y churros.
Sigamos, ahora con una propuesta más fuerte. No es un secreto la calidad y aceptación de los rones cubanos a nivel internacional. Aunque quizás te suene el más famoso de ellos –el Havana Club- estando en Santiago de Cuba tienes prohibido pedirlo. ¡Y claro! Si precisamente esta es la tierra que fabrica los mejores licores de la isla, entre los que destaca el que lleva su mismo nombre junto a otras marcas como Caney, Varadero, Edmundo Dantés y Paticruzado. Todos puedes adquirirlos en las tiendas y mercados a lo largo de la avenida, para llevarte contigo otro pedacito de Cuba.
Con energía, porque la subida es algo empinada, lleguemos a la Plaza de Marte. Utilizada como campo de entrenamiento por los soldados de la antigua metrópoli española, hoy se ha convertido en un espacioso parque con seis jardines, pérgolas y esculturas que conmemoran a varios próceres de la ciudad. En el centro, una columna coronada por un gorro frigio recuerda a todos los que combatieron por la independencia cubana durante el siglo XIX. Esta plaza marca la frontera entre la ciudad moderna y la antigua; y justamente ahora la atravesaremos para llegar a la zona más colonial de Santiago.
Bajaremos por una calle muy nombrada por todos: la José Antonio Saco. ¿No la conoces? ¿Y si decimos: “Enramadas”? Símbolo de la vida comercial y social en esta urbe, su excelente estado de conservación y las edificaciones que la rodean te darán abundante material para fotos, videos y recuerdos. Es un itinerario sólo para peatones, aunque por aquí circuló un tranvía a comienzos del pasado siglo. Detente y admira lugares como el Teatro Heredia, el Jardín del Espíritu Santo… si quieres desviarte un poco, pregunta por la Casa de la Trova, el Patio de los Dos Abuelos… y vuelve pronto, que casi estamos llegando al final.
Avancemos un poco para entrar, por una de sus esquinas, al Parque Céspedes. Las imágenes clásicas de Santiago donde lucen la catedral y el Ayuntamiento, se tomaron aquí. Efectivamente, lo primero que llama la atención es la imponente iglesia cuya construcción inicial se remonta al año 1522, y que desde 1958 es Monumento Nacional de Cuba. Fíjate también en la sede del Gobierno Municipal, que ocupa un inmueble testigo de varios acontecimientos del proceso revolucionario; y aquella casa de dos pisos, con techo de tejas y balcones enrejados con madera, fue la residencia del Adelantado Diego Velázquez y se acredita como la vivienda más antigua en toda la isla. Hoy funciona como Museo del Ambiente Histórico Cubano.
De seguro pudiéramos seguir, pues quedan aún muchas cosas por ver en Santiago. Pero hay que distribuir los buenos momentos para vivirlos mejor, por lo que aquí concluiremos. Si disfrutaste el paseo, ¡regresa! ¡Combina nuestra ruta con tus intereses y crea tu propio recorrido! La capital del Oriente de Cuba, la ciudad que creció entre el mar y las montañas, nunca decepciona.