Corre el año 1895 y una mansión acaba de ver la luz en una zona céntrica de la capital cubana. Perteneciente a la familia Pedroso, el nuevo inmueble es un palacete triangular que se extiende a lo largo de dos caminos: una magnifica excentricidad para la época, que deja a todos boquiabiertos y admirados.
La edificación se erige sobre el antiguo barrio de “Las Murallas”, tan cerca del mar que la brisa acaricia a sus habitantes y desde sus ventanales se observa a los transeúntes en su rutina diaria por una urbe en constante cambio. Dentro de unos años se convertirá en el famosísimo hotel Plaza, un poco después de albergar la oficina del Diario de la Marina en espacio compartido con el pequeño “Hotel Leal”. Exactamente en 1909, se consolidará e inaugurará oficialmente como hotel, conservando la ecléctica decoración y las fachadas que lo hacen tan monumental. Es momento de añadir un majestuoso vestíbulo, acicalado con molduras de escayola, yeso policromado y pisos de cerámica pulida.
Los años posteriores lo verán convertirse en casino y lugar de ocio y reposo de los más ricos y famosos. José Raúl Capablanca, Albert Einstein y el mismísimo Meyer Lansky dejarán huellas en sus salones y amplias habitaciones; a partir de la segunda mitad del siglo XX quien aquí se aloje estará latiendo en el corazón de una Habana el triple de grande y hermosa.
En un futuro muy próximo, Meliá Hotels International tendrá la suerte de ser guardián de su memoria. El Plaza se incorporará al catálogo de la hotelera mallorquina bajo la marca The Meliá Collection, una iniciativa que llevará los estándares y valores de la empresa a propiedades boutique o de gran valor patrimonial e histórico.
Más de 180 habitaciones en el centro de la Habana y una gran variedad de servicios estarán disponibles para los viajeros, quienes podrán disfrutar desde sus predios de una ciudad vibrante y bendecida por la multiculturalidad. El Capitolio, el Paseo del Prado, el majestuoso edificio Bacardí, la fortaleza de San Carlos de la Cabaña y los Tres Reyes del Morro, -vecinos añejos y otros más contemporáneos- acompañarán al Plaza en su perdurar junto a una comunidad de hospitalarios y alegres pobladores.
Los calendarios venideros se pintan de éxitos para esta excepcional construcción que, más de un siglo después, reinará en la calle Zulueta entre Virtudes y Neptuno como parte de una colección de grandes hoteles, servicios y experiencias. Por supuesto, con el sello Meliá Cuba.