El pasado 5 de junio, conocido como el “Día Mundial del Medio Ambiente” Meliá Hotels International anunció su plan de protección del entorno hacia el 2020, con un grupo de acciones en función de contribuir al equilibrio medioambiental, el cuidado de los ecosistemas en los que están enclavados sus hoteles, y de la educación tanto de su personal como de los huéspedes.
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Parte del universo de la empresa, los hoteles del grupo en Cuba desarrollan una labor constante en favor de la preservación de los recursos naturales de la isla y prevención de la contaminación. Tal es así que, el Ministerio de Ciencia, Tecnología y Medio Ambiente de Cuba, CITMA, ha reconocido en lo que va de año a 11 hoteles de la cadena destacados por su labor medioambientalista:
Descolló en ese sentido el Sol Palmeras, instalación emblemática y el primer hotel que la empresa operó en Cuba.
Enclavado en una franja de playa prodigiosa dentro de Varadero, el Sol Palmeras ha sido merecedor del aval medioambiental; reconocido como hotel colaborador “adopta un árbol y salva la Duna”; Hotel libre de plantas invasoras; Hotel Protección y Conservación de Aguacate Cimarrón; y Playa ambiental.
En el propio balneario de la Península de Hicacos, el Meliá Península Varadero y el Paradisus Princesa del Mar recibieron el Aval Medioambiental, lo mismo que sus “primos” Meliá Habana, Meliá Cayo Santa María, Meliá Buena Vista y Sol Cayo Coco, recayendo sobre este último también la distinción de Playa Ambiental.
Recibió el galardón en la propia categoría de balneario Ambiental el Meliá Cayo Coco; en tanto al Meliá Cohiba se le otorgó el Certificado de Administración Responsable de la Gestión Ambiental; el Meliá Santiago se reconoció por la labor destacada en el cumplimiento de la legislación ambiental vigente; y al Sol Río de Luna y Mares se le confirió el Premio Provincial Medio Ambiente en Holguín.
Meliá proyectado hacia el acierto
Hablábamos de la importancia de luchar a favor de la preservación del entorno, máxime cuando la denominada industria sin humo experimenta elevados niveles de crecimiento anuales, por lo que el entramado que circunda sus operaciones no debe ser menospreciado.
Imaginen bajo qué presión se encuentra el planeta y los efectos tan devastadores que va causando el cambio climático que desde 1990 hasta nuestros días la emisión de Dióxido de Carbono a la atmósfera se ha incrementado en un 46%; y hacia el 2025 las ciudades del mundo producirán 2.2 billones de desechos sólidos al año, por solo citar dos alarmantes ejemplos.
En esa batalla por atenuar los efectos del Cambio Climático y en la búsqueda de un desarrollo sostenible, Meliá se propone como compromiso consumir el 70 % de electricidad de sus instalaciones bajo fuentes certificadas de energía renovable. De igual manera pretende reducir en un 18.4% la emisión de CO2 y en un 8% el consumo de agua por estancia; lograr recolectar un 50% de los residuos selectivos.
Además en la mira estará el seguir elevando los niveles de compromiso para con la preservación del entorno de cada uno de sus inmuebles.