La Habana, mirándola desde mi prisma de romántico empedernido es una ciudad que cautiva, enamora, con contrastes y picos emocionales, a veces adolescente ingenua, otra señora burguesa de nariz respingada, y en ocasiones como una mujer mundana curtida por los azares de la vida.
Así, con esa filosofía me descubro recorriendo sus calles, latiendo al compás de un son entre los empedrados adoquines de su zona más vetusta, o calzando el traje de hombre moderno en el corazón del Vedado.
Corazón, Vedado… Justo en la intersección más cosmopolita de nuestra urbe (23 y L), donde resulta imposible resistirse a los latidos citadinos, se alza el hotel Tryp Habana Libre, construido como Hotel Habana Hilton, bajo los auspicios personales del entonces presidente Fulgencio Batista.
El aura peculiar del Habana libre se remonta a esos albores. Diseñado por la firma norteamericana Welton Becket & Associates en colaboración con la firma cubana Arroyo-Menéndez a finales de los años 50, el inmueble tuvo un costo de 24 millones de dólares. De hecho, el que estuviese operado administrativamente por Hilton Internacional Hotels para que lo operase administrativamente y garantizase la afluencia de los turistas norteamericanos y de otros países a esa instalación.
Un Sorbo de Historia
Una suerte de gancho o atractivo que conjugado con lo imponente de una edificación que llegó a ser el hotel más alto y grande de América latina (630 habitaciones entonces, 569 hoy día), le conferían una posición de privilegio respecto a otros de su tipo. Si a eso le adicionamos el hecho de que varios prestigiosos artistas de la plástica han dejado su huella en diferentes locaciones del Habana libre, la potencia de este gancho aumenta desde que usted lo tiene enfrente de sus ojos, con el mural de Amelia Peláez que le abre los brazos en señal de bienvenida.
Así, el Habana Libre se precia de poseer un caudal de historia y cultura imponentes. De hecho, el 8 de Enero, cuando Fidel hace su entrada en La Habana, éste, y parte de la columna se aloja en el mismo. A partir de este instante la Suite La Castellana, en el piso 22, por un período de tres meses, se convirtió en el Puesto de Mando de la Revolución. Fue en esta etapa en la que el Comandante en Jefe ofrece conferencias y entrevistas desde allí.
Otra pincelada interesante en los albores fue el hecho de que en su plantilla inicial el hotel contó con cerca de 20 mafiosos estadounidenses que manejaban principalmente los casinos de juego, los cabarets y otros centros que producían ganancias con el expendio de bebidas, drogas y sexo, algo muy natural dentro de todos los grandes hoteles de La Habana que, como es conocido, era un negocio controlado por Santos Traficante, George Raft, Meyer Lansky, y otros jefes de la mafia radicados en Estados Unidos.
Inaugurado oficialmente el 19 de marzo de 1958 y con apertura al público tres días después, el Habana Hilton pasó a llamarse Habana libre el 11 de junio de 1960, cuando fuera intervenido por el gobierno revolucionario.
En lo adelante, por sus facilidades fue escenario de múltiples eventos de diversa índole, como la Olimpiada Mundial de Ajedrez de 1966, con presencia récord entonces de trebejistas de 52 países en el Salón de los Embajadores.
Esos latidos llamativos igualmente lo convirtieron en sede de congresos de diversas instituciones, Festivales del Habano, Cumbres del Movimiento de Países no Alineados, la CELAC…
Bondades y Servicios
El Habana libre no solo se erige como un gigante en dimensiones, sino también en lo relacionado a la organización de mega eventos y servicios que ofrece, por lo que se convierte en ideal para este tipo de turismo (segmento MICE), así como también para aquellos que deseen desposarse en esta ciudad Maravilla o vivir su luna de miel.
Plástica, misticismo, ambiente único. Resulta difícil desprenderse de semejante magnetismo, y si eso usted lo adereza con gastronomía de elevados estándares desde que se adentra en la instalación, de seguro lo contemplará entre sus opciones de estadía y disfrute.
Hablamos de cuatro restaurantes, todos con un sello propio como el Barracón (podrá degustar platos genuinos de la cocina criolla); Las Antillas, marcada por menús internacionales; El Polinesio (finamente ambientado, con lo mejor de la comida oriental y platos tradicionales asiáticos e internacionales); y el Sierra Maestra, donde la vista de La Habana desde las alturas, ese placer de saciar su paladar entre las nubes, con elaboraciones innnovadoras y servicio de excelencia, lo atraparán de forma inobjetable.
Como complemento hallará siete bares y cafeterías, que se imbricarán perfectamente con la sensibilidad de sus intereses. Desde el Cigar-Bar lounge Casa del Habano, hasta el mítico Adán y Eva, pasando por Las Cañitas, El Patio o Siboney, cualquier elección será de su agrado en materia de coctelería, gustos exigentes y buenos momentos.
Buenos momentos, si de sumar horas de placer a su estancia se trata, y conjugar gustos, dedique algunas de sus noches al Salón Turquino. Allí le aguardarán presentaciones en vivo de emblemáticas agrupaciones de música popular bailable, jazz y otros géneros, pasarelas y otras sorpresas que bien merecen que se aventure.
Definitivamente el Tryp Habana Libre es un combo, uno que pone en un mismo nivel de sensaciones la satisfacción del cliente, galería de arte, piso ejecutivo, espacio para eventos y banquetes mediante…
Uno que le aguarda en el mismísimo corazón del Vedado y que late sin dudas como una de las instalaciones hoteleras más emblemáticas de la nación. Viva la experiencia por usted mismo, más allá de este relato.