Cuba como destino turístico, naturaleza, romance, música, hoteles, servicios que de a poco ganan en calidad y excelencia y… deporte.
Y créanme, para sostener esa avalancha creciente de visitantes que superó la cifra de cuatro millones en el 2016, hay que ofrecer una cartera diversa de opciones para el disfrute. Así que le invito a adentrarse en Cuba, una pequeña Isla del Caribe con casi 12 millones de habitantes, y que en el concierto olímpico atesora en 20 comparecencias 77 medallas de oro, 68 platas y 74 bronces, para la posición 18 entre más de 150 naciones con al menos una presea.
Se impone entonces iniciar una travesía que le permita interactuar con el cubano en su hábitat natural deportivo. La primera opción por supuesto que está con la pelota, el juego de Cuba y elemento ineludible de identidad. Así, en cada provincia podrá interactuar con ese entorno de bolas y strikes como parte de la Serie Nacional que cuenta en su calendario con 90 desafíos para los seis equipos agraciados que clasifiquen a la segunda fase, y 45 para los 16 que toman la largada en la primera etapa.
Constituye el Latino, el alma de nuestro béisbol, desde 1946, y si quiere chocar con una extensión volcánica del otrora conocido como Gran Estadio del Cerro, baste con llegarse al Parque Central e involucrarse con la Esquina Caliente.
La fiebre futbolera que se ha desatado en Cuba se torna incalculable, Messi o Cristianomanía… en ocasiones parecemos más adictos futboleros que los propios españoles, ingleses o alemanes. Ese ambiente se exacerba los fines de semana cuando se disputan partidos de Liga, o martes y miércoles cuando la UEFA Champions League asume roles protagónicos. Entonces las peñas se congregan y entre los puntos de encuentro más populares y concurridos se hallan el Restaurant El Ajibe, el lobby bar del hotel Tryp Habana Libre, y el Sports Bar Titanium del Meliá Habana, donde una pantalla gigante, cócteles o una birra (cerveza) bien fría y la algarabía de los espectadores-especialistas, se antojan la decoración casi perfecta para pasar un buen rato.
Eventos de circuito: Puede considerarse una experiencia única ser protagonista de un evento deportivo o simplemente espectador de unos Juegos Olímpicos, una Copa del Mundo de la FIFA, un Mundial de Atletismo, o simplemente la maratón de Berlín, Tokio o Nueva York. Sin tamaña magnitud, Cuba, y especialmente La Habana, han ganado en la organización de certámenes de este tipo, con la opción de latir el enclave citadino o una parte de él si se inscribe en el Marabana, maratón que cada tercer domingo de noviembre les da la bienvenida a miles de andarines. De hecho, la versión 2016 quebró los récords de participación con más de 4 800 registrados, de ellos más de 1 800 extranjeros provenientes de 113 países.
Otra lid que está llamada a convertirse en un megaevento en un futuro no lejano, es el Triatlón de La Habana. Hablamos de una competición que para aquellos que se alisten en la categoría Iron (la más extensa y exigente en su trazado) se trata de 3.8 km de natación, 180 de ciclismo entre las provincias de La Habana y Artemisa, y una maratón. Este torneo tiene largada en las aguas de los canales de la Marina Hemingway, y meta en la Tribuna Antimperialista, justo en frente del Malecón habanero y en el corazón del Vedado.
Cierro con un exitazo rotundo, pues como parte del circuito del Titán Tropic, los competidores de esta lid de ciclismo de montaña pueden deleitarse con los paisajes e inyección de oxígeno y natura que ofrecen Soroa, Viñales, y el colofón y meta en las arenas y mar cristalino de Cayo Jutías.
Torneos de otra índole: En dependencia de la época del año en que decida hacer su visita, podrá degustar otros manjares deportivos como la VII Serie Mundial de Boxeo, La liga Mundial de voleibol, o la Liga superior de Baloncesto en el coliseo de la Ciudad Deportiva, un panamericano o Gran Prix de Judo, el Memorial Barrientos de atletismo, o hasta una Copa del Mundo de Cheerleading.
Sencillamente esta es Cuba, una nación que destila deporte, hospitalidad sin límites y frescor para cualquier tipo de visitante. Yo que usted, no me lo pienso dos veces, porque ya sonó el disparo del starter y en cualquier momento lo sorprenderá el gong que anuncia el fin de otro round, o verá sus atuendos salpicados de lodo en las inmediaciones de Soroa.
