Una saga de “El viejo y el Mar”, “Flipper” y “Mundo acuático”. Así bien podría llamarse esta opción de disfrute con Cayo Santa María como vértice de atractivos. Usted podrá lanzarse a esta expedición e invocar a Ernest Hemingway, Kevin Cotsner o Sandy y Bud, los hijos del guardián costero Porter Bucks, encargado entre otras cuestiones de la custodia del mítico delfín nariz de botella.
Y establecemos esta suerte de paralelo porque usted amigo, precisamente tendrá la oportunidad de quedar atrapado en un espectro de jornadas que comprendan estas actividades marinas.
La primera de ellas la patentará en un pequeño yate, al más puro estilo de nuestro tradicional torneo anual de pesca de la aguja que lleva el nombre del célebre novelista estadounidense. La embarcación estará totalmente equipada con avíos de pesca para que se aventure a lanzar carnadas y capturar por un lapso de cuatro, seis u ocho horas, en dependencia de su preferencia.
Y si de buen equipamiento de su “Nautilus” caribeño se trata, no podrá faltar un bar abierto con cervezas, refrescos y coctelería cubana. Ese será un ingrediente adicional para condimentar una travesía que en sí misma se antojará sumamente atractiva, pues al encanto de nuestros mares y clima, se sumará la expectativa de poder encontrar y capturar barracudas, dorados, chernas o aguajíes, entre otras especies que habitan las aguas de la región.
Solo se necesita un emprendedor para realizar dicha excursión y de seguro más de uno se sentirá atraído por la oferta.
Sin disminuir un ápice la adrenalina de su cuerpo, a la mañana siguiente o a las dos de la tarde del mismo día si ya se encuentra en su hotel, podrá lanzarse y optar por el nado con delfines. Precisamente de la especie nariz de botella son los que habitan en el delfinario de Cayo Santa María . Podrá disponer de 30 minutos de interacción, nado e intercambio con una de las especies marinas más inteligentes que se conoce. Eso, justamente después de beber el cóctel de bienvenida con el cual dicha instalación y su personal de servicios le abrirán los brazos. Ya latirá usted como Sandy y Bud, solo que lejos de las inmediaciones del parque temático y reserva marina de Coral Key Park en el estado de Florida, donde se filmó en el año 1964 la serie televisiva estadounidense producida por Ivan Tors Films en asociación con Metro-Goldwyn-Mayer Television.
Para sellar este tridente de ofertas dejamos la variante que más expectativas puede despertar, que más adrenalina demandará de su organismo: el buceo.
Con salida en ómnibus climatizados desde las 8:00.a.m usted podrá emular a Costner o al actor de origen francés Jean Reno. Así se aventurará a realizar inmersiones guiadas por un equipo profesional de buzos en diversos puntos de nuestra plataforma insular, más de 15 de ellos localizados con profundidad media entre 25 y 30 metros y temperatura media anual del agua de 26 grados.
Podrá por un momento pensar, si es fémina, que emulará con tanque puesto a nuestra multirecordista de inmersión en diversas categorías, Deborah Andollo.
De lo que sí no cabe la menor duda es de que usted estará en contacto con un mundo fascinante de colores exhibidos en un inmenso mural natural formados por brillantes peces, colonias de esponjas, corales y gorgonias que forman una hermosa barrera de corales, la segunda más grande de la geografía universal, solo superada por la barrera coralina australiana.
Para poder realizar las inmersiones, si usted no es un inmersionista certificado, es requisito obligatorio validar el Curso de Iniciación que se imparte gratis en las piscinas de los hoteles, según planificación.
Si por el contrario lo es, debe haber realizado la última inmersión en menos de un año a la fecha.
De cualquier manera, esos son detalles para asegurar el éxito de la visita al deep blue o profundo azul antillano. Recuerde que usted se colocó en el bloque de arrancada con la bendición de Poseidón, el dios de los mares en la mitología griega, o su homólogo Neptuno en la romana. Y por qué no, también con el beneplácito de Yemayá, nuestra deidad Orisha femenina del panteón yoruba originario de Nigeria y que representa a los mares.
¿La clave? Meliá Hotels en Cayo Santa María y buró de Gaviota Tours.