Una ocasión especial puede ser la oportunidad perfecta para elegir esos lugares poco explorados que no han sucumbido a los vicios del mundo moderno, ni en el que el continuo ir y venir de los viajeros le han arrebatado el encanto, donde la autenticidad atrapa a las parejas que apuestan por lo novedoso, por lo auténtico.
Sitios donde la gente no subestima la fuerza del color, ni los suvenires artesanales, o la explosión de sabores que resulta de esa fusión de la cocina española, la aborigen, la africana y la caribeña; lugares con una banda sonora original que invitan a descubrir historias en cada destino.
Con ese propósito, te recomendamos tres ciudades con entornos ideales para celebrar bodas y lunas de miel; espacios que devuelven, adonde quiera que vayas, experiencias que solo podrás vivir en Cuba.
Cienfuegos:
La perla del sur de Cuba es una ciudad que mira siempre al mar, en la que todos los caminos parecen conducir a ese malecón, que al igual que el de La Habana, a 250 kilómetros de distancia, funciona como un sofá gigante desde el que las parejas pueden apreciar la vista que han elegido para celebrar el amor. Un sitio donde los productos del mar están a la mano para crear un menú original en el que no puede faltar la harina con jaiba, plato típico de la región.
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Ciudad de espacios abiertos, para que la brisa que devuelve la bahía oxigene calles, parques, y se cuele por casas en la que son evidentes las huellas de los franceses a su paso por Cienfuegos, algo que la distingue de las otras ciudades de Cuba.
Urbe de apenas 200 años que tiene cúpulas como sello, y el Paseo del Prado más largo de la isla, eje divisorio del viejo Cienfuegos y los sectores modernos. Tierra de gente serena, que transmite de generación en generación las historias que se tejen en la ciudad, esas que dicen que la bahía, una las más bellas del país, se llenó con lágrimas de mujer; lugar de aguas tranquilas que resulta óptimo para las actividades náuticas.
Entre las bondades de su naturaleza, sobresale El Nicho con decenas de cascadas y estanques naturales, en un paraje prácticamente virgen, escondido entre las montañas; en tanto, al este, te encontrarás con Trinidad, un sitio que te invita a enlazar culturas y viajar en el tiempo. La tercera villa fundada por la corona española en Cuba, clasifica como uno de los conjuntos mejor conservados de la etapa colonial en América. Su Centro Histórico, de más de 500 años, aparece en la lista de Patrimonio Mundial. Cienfuegos es una ciudad que, sin duda alguna, te invitará a vivir el amor en circuitos.
https://www.youtube.com/watch?v=LNjfN7hmBYk
Camagüey
Donde se le rinde culto al patrimonio en el Centro Histórico más extenso de Cuba y uno de los mejor conservados. Reconocida en todo el país por sus tinajones, vasijas de cuerpo redondo y boca estrecha de barro, una solución ingeniosa surgida en la colonia para almacenar el agua y que han mantenido hasta hoy generaciones de alfareros.
Lugar de mitos y leyendas que forman parte de la cultura popular, a Camagüey también la distingue la espiritualidad de su gente. Es la provincia cubana que cuenta con el mayor número de iglesias.
Una ciudad en la que el trazado irregular de sus calles te conduce a sitios insospechados como el Palacio de los Matrimonios, o a edificios de cinco siglos de una arquitectura singular, que permanecen en pie con total dignidad en pleno siglo XXI.
Tierra donde se respetan las tradiciones; por eso, es uno de los lugares de Cuba donde todavía puedes encontrar el ajiaco criollo, un símbolo de la cocina cubana. Es una mezcla de viandas (boniato, yuca, plátano, etc.), maíz y carnes, con mucho caldo, cargado de zumo de limón y ají, a la que se recurre con frecuencia en las festividades populares.
Santiago de Cuba:
Cuna del son, el bolero y la trova tradicional, donde lo arrítmico no existe. La vida se mueve a ritmo de la corneta china, o de los sonidos que ofrece una steelband que es capaz de versionar desde el “Ave María” de Franz Schubert hasta uno de los temas de jazz más famosos del mundo como “Bacalao con pan”.
Reconocida en toda la Isla por el espectáculo de su carnaval, Santiago muestra, además, donde quiera que vayas, esas marcas culturales que la distinguen como la más caribeña de las ciudades cubanas.
Lugar donde los maestros roneros se reúnen para crear un ron exquisito que solo se produce en el oriente, especial para celebrar el amor; una ciudad en la que sus habitantes presumen de lugares históricos que cambiaron la historia del mundo en los últimos 60 años.
Es ese lugar en el que puedes encontrar, en cada esquina, sitios de interés históricos como el Castillo de San Pedro de la Roca o Castillo de El Morro, declarado Patrimonio de la Humanidad; el Parque Baconao, inscrito por la Unesco en la Red Mundial de Reservas de la Biosfera; la casa de Diego Velázquez, considerada la construcción española de su tipo, conservada, más antigua de toda América Latina; o el museo Bacardí, que exhibe una momia egipcia en medio del Caribe.
No importa el tipo de cámara que uses, ni el oficio del fotógrafo para medir la luz o capturar el momento; donde quiera que mires, siempre habrá una vista digna de cualquier postal.
Son destinos que contagian ganas de vivir, filosofías de vida. Lugares llenos de romance, de ritmo y calidez, con los ingredientes necesarios para que vivas, con tu pareja, experiencias inolvidables.