Con Jhoen Lefont me unen lazos de amistad desde que era miembro de la selección nacional de polo acuático. Por eso cuando decidió darle un giro a su vida y dedicarse al dominio del balón en el agua, lo apoyé sin miramientos. La singular disciplina en Cuba ya había despegado, gracias a las hazañas de los hermanos Douglas y Erick Hernández, pioneros en dicha cuestión.
Lefont, se abrió camino en el libro Guinness tratando de homologar varias cotas terrestres en el agua. Así fue materializando intento tras intento, el último de ellos logrado en una piscina que considera una especie de hábitat natural: la del hotel Meliá Cohiba.
La cota de la mañana de sábado consistió en sostener en equilibrio sobre su testa el balón durante más de diez minutos sin apoyar pies o manos, o sea requiriendo los movimientos de estos para mantenerse a flote en el agua.
Llegar casi una hora antes al Cohiba me permitió ser parte del ajetreo organizativo. Intercambiar unas palabras y saludos con Lefont, y su entrenador Jorge del Valle fueron una especie de confirmación. Lo confieso, hasta ahora no recuerdo que el matancero próximo a cumplir los 30 años de edad haya fallado alguna de sus cruzadas oficiales.
Como clonados por todas las inmediaciones estaba el personal del Grupo Meliá asegurando cada detalle, en una alianza perfecta con Lefont, desde que en febrero del año pasado materializara, en una batalla campal con la brisa costera y las variables climatológicas, 1 513 toques a la esférica.
Lefont se paseaba sereno, inició su calentamiento… Al filo de las 9:30, con puntualidad británica, comenzó su hombrada. Confieso que la mañana del sábado 27 de mayo tuvo para mí tanto como para él una significación especial: en mi caso llevé por primera vez a mi pequeño Enzo Samuel a un evento deportivo. ¡Y se portó de maravillas!

De vuelta al delfín del fútbol, que vistió su isotérmico característico roji-negro, colocó la Adidas Champions League sobre su testa, -tiene por ritual cambiar de balón entre tres o cuatro que le acompañan para cada nuevo intento- y dejó los cronómetros correr.
El clima brindó complicidad cuasi perfecta en esta ocasión y voilá!!!! Pulverizó el anterior registro y tras consultar el cronómetro oficial en manos de la jueza Irasema Aguilera confirmamos el tiempo de 12:00.65 minutos.
Muchas cosas pasaron por la mente de Lefont cuando liberó la presión y se supo otra vez plusmarquista: el brindis acompañado del beso de su esposa, los abrazos incondicionales de familiares y amigos, la presencia de figuras emblemáticas como Douglas Hernández, Javier Sotomayor, Luis Carlos García, José Cautelar “Cueto”, y el pelotero Víctor Víctor Mesa todos recordistas en alguna esfera de la vida.
También mostró su agradecimiento más sincero con la cadena hotelera Meliá, la marca deportiva Adidas, Ciego Montero y relojes G-Shock, sus patrocinadores.
MOJADOS POR EL PROTAGONISTA
Para este récord, Lefont tuvo que exigirse más en el componente físico. No alteró su tiempo promedio de tres meses necesarios para la puesta a punto, solo que introdujo cambios en sus rutinas, pues una lesión en la cadera lo mantuvo inactivo y provocó sobrepeso en su anatomía.
“Me siento muy feliz. Siempre romper el hielo en cada récord me genera mayor presión, pero apuesto a la concentración y todo fluye una vez que entro en ritmo. Me sentí mucho más relajado que cuando logré los 1 513 toques y una muestra de ello fue que pedí música de acompañamiento y nada me perturbó”.

Enemigo de nombre sobrepeso
“Me costó derrotarlo. Para fortalecer los planos afectados por la lesión en la cadera realicé un trabajo riguroso con el fisioterapeuta Vladimir. Cruciales los ejercicios de fuerza aerobia, el trabajo en las gradas para recuperar la potencia de mis piernas. Luego incorporé ejercicios en el agua. El pateo de bicicleta característico del polo acuático, ejercicios de flotación y luego agregué el trabajo de toques y dominio propiamente.
¿Qué músculos sufrieron más esta vez?
“La cervical, hablamos de una posición estática, mirando fijo el balón en busca de equilibrio y se requiere de mucha concentración. Además las piernas y la espalda baja, por la postura. Si denotas buena preparación una vez dominados estos elementos, los restantes salen”.
Variable psicológica…
“Me considero un atleta de psiquis fuerte y elevada predisposición a los momentos de tensión. Haber transitado por la pirámide del alto rendimiento desde la base entre natación y polo acuático, me ayudó a formarme. El rigor de las competiciones, esa tensión extrema nos ayudó a modelar cada posible momento. En lo personal le hablo al balón para elevar mis niveles de enfoque”.
DEL VALLE ACOTA
“El aumento de peso le confirió un poco más de flotabilidad, pero perdió a su vez fuerza. Entonces, apoyado en nuestro clima aprovechamos el trabajo aerobio en tierra con juego de fútbol en las tardes combinado con las gradas. Eso luego lo aparejó con su técnica de dominio, en franca maestría deportiva, además de su experiencia y casi perfección de pateo y braceo en el agua” acotó su timonel Jorge del Valle.
“Entonces cuando ya logramos conjugarlo todo buscamos esta modalidad que Guinness avaló y que nos exigió fuese superior a los diez minutos. Psicológicamente entre sus virtudes tiene una voluntad y concentración muy grandes. Cuando se propone algo lo encara con notoria disciplina y siempre lo logra”, ahondó.
El hecho es que Guinness, a tono con las rutinas de vida y el ritmo acelerado al que se vive en la contemporaneidad, ha apostado por las primacías intensivas de corto aliento para inscribir a nuevos intrépidos en sus prestigiosas páginas.
Precisamente por esa razón Lefont, quien posee entre sus excelsos registros además de los 1 513 toques, el de 200 metros de desplazamiento con el balón sobre su cabeza, 99 toques con un cinturón de 15 kilogramos de lastre asidos a su cintura y este de 12:00.65 minutos, pretende en lo que resta del 2017 buscar otras dos cotas: la primera consistente en nadar una piscina olímpica (50 metros) en el menor tiempo posible; y nuevamente superar los 1 513 toques en su poder.
Mi presencia estará asegurada, así como la de mi pequeño Enzo Samuel de comportamiento impecable por cierto, y otras personalidades del deporte la cultura y la vida social cubana. El apoyo de Meliá y del resto de los patrocinadores tampoco faltará para que el delfín yumurino demuestre sus virtudes una vez más. Por ahora, guarden en su memoria este lucky timing number: 12:00.65 minutos.